Jugar con él en el centro es un auténtico pulmón. Y si no que se lo digan a Modric y Fede. Su presencia hace que se puedan concentrar en desatascar el juego blanco, mientras que él se convierte en un muro para los ataques rivales.
Y si en las primeras jornadas le habíamos visto más pegado a los defensas, frente al Celta y también en Mestalla, ha vuelto a ser ese jugador que se descuelga para sumarse al ataque. Sin embargo no termina de estar en su mejor nivel en estos últimos encuentros.
A pesar de su presencia mayor presencia en el campo rival, cometió varios fallos que pudieron costar muy caros con el balón en los pies. Y si él está arriba, deja mucho hueco detrás suyo si le consiguen robar el balón.
Quizás lo más destacado por su parte vino en una de esas jugadas en las que se suma al ataque. Cazó un balón cerca del área del Valencia a la media hora de juego, que no dudó en disparar a puerta, convirtiéndose en el primer disparo entre los tres palos. Una muestra de la intensidad del partido.
Pero no terminó de lograr imponerse en la parcela defensiva, que suele ser su mayor virtud. De hecho durante algunos tramos del partido estuvo superado por los centrocampistas del Valencia, a los que caían todos los rechaces.
Quizás la acumulación de partidos le empezaba a pasar factura. Hasta ahora había jugado todos los minutos, pero tras el gol de Hugo Duro, Ancelotti decidió retirarle del terreno de juego, para dar entrada a Rodrygo.
Con el calendario tan exigente que tiene el Madrid por delante, es fundamental recuperar al mejor Casemiro. Su presencia en el centro se echa de menos, pero esperemos que sea algo pasajero.
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