La razón por la que el Madrid decidió no fichar a Mudryk: “Pedimos 100 millones”

La junta directiva del Real Madrid no estuvo de acuerdo en algunos puntos de la negociación

El Real Madrid ha dejado pasar la clara oportunidad de hacerse con los servicios de Mijailo Mudryk por una razón fundamental: el impacto que pudiera tener en las arcas del club a largo plazo. La directiva estuvo siguiendo al joven jugador ucraniano e incluso tantearon la posibilidad de un traspaso, pero dejaron de negociar cuando les trasladaron todos los términos.

Mijailo Mudryk podría haber terminado jugando desde este mismo mercado de invierno en el Real Madrid, pero su llegada al Santiago Bernabéu ha terminado frustrándose debido a la abultada cantidad de dinero que la directiva del equipo ucraniano solicitaba a cambio del prometedor extremo izquierdo. Los 100 millones de euros que habían colocado como precio de salida los responsables del Shakhtar Donetsk fue demasiado para un jugador que, en realidad, no los 'merecía'.

El principal problema que detectaron los directivos del Real Madrid es que el joven Mudryk apenas tiene recorrido en Europa. Aunque lleve dos temporadas en plena forma y deslumbrando siempre que juega una competición europea, la realidad es que militar para la entidad de Concha Espina es una carga muy pesada, una que Mudryk no asumiría como titular nada más llegar al Real Madrid.

Por tanto, abonar 100 millones de euros por un jugador que no tendría los galones de titular en el Real Madrid de forma inmediata fue visto como una verdadera 'locura' por gran parte de la directiva, que finalmente cerró filas y se retiró de las negociaciones por el atacante ucraniano. Fue ahí, con el interés de Arsenal y Chelsea, cuando el Shakhtar Donetsk volvió a rescatar el precio de salida de 100 millones por Mijailo Mudryk.

El precio era excesivo

El hoy '15' de la escuadra blue siempre estuvo en la agenda de futuribles de los máximos responsables del Real Madrid. Florentino Pérez y su equipo se mostraron dispuestos a negociar con los mandatarios del Shakhtar, esperando llegar a una cifra razonable tomando en cuenta todas las circunstancias del equipo al que podría haber llegado. No hubo éxito.

El club ucraniano se mantuvo firme en su precio de salida de 100 millones de euros y no dio lugar a un nuevo trato, obligando a los directivos blancos a retirarse de las negociaciones y seguir buscando nuevos delanteros jóvenes de perfil bajo y perfil medio con los que negociar para facilitar su llegada con rol de suplente al club y, desde luego, por una cifra bastante menor que la explicitada por el Shakhtar Donetsk.



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