La lista de fichajes del Real Madrid cambia constantemente. Los ejecutivos blancos quieren hacerse con los servicios futbolísticos de los mejores jugadores del mundo, algo que no será nada fácil pero que es necesario para cerrar el nuevo proyecto deportivo.
En las oficinas de Valdebebas los debates sobre los futbolistas que se debe fichar de cara al próximo verano son muy intensos con varios nombres sobre la mesa: no hay consenso entre las 'cabezas visibles' de la entidad merengue.
Florentino Pérez y José Ángel Sánchez, junto a Juni Calafat, están valorando las diferentes alternativas que ofrece ahora mismo el mercado de pases, para potenciar aún más la plantilla de Carlo Ancelotti.
Una de las zonas a reforzar será la defensa, ya que Nacho Fernández está en sus últimos meses de contrato, mientras que Antonio Rüdiger y David Alaba ya superan los 30 años.
Esto ha hecho que la entidad madridista recurra a la figura de Jorge Mendes, quien ahora mismo tiene más cercanía con el Barcelona que con el club blanco, como ha quedado evidenciado en los últimos meses.
El Real Madrid no tiene actualmente una gran relación con el agente portugués que, eso sí, sigue manejando grandes nombres en su cartera.
Dos de los jugadores suyos que más interesan al equipo merengue son centrales, Goncalo Inácio y Antonio Silva, defensores del Sporting de Lisboa y el Benfica, respectivamente.
En el Real Madrid le han dejado claro a Jorge Mendes que, aunque gusten los dos, el precio máximo que se pagará será de 40 millones de euros y un máximo de 10 en bonus, lo que haría una cifra total de 50 'kilos', no más.
Si el polémico agente es capaz de que el Sporting de Lisboa o el Benfica vendan a alguno de los dos por esa cantidad, el club blanco dará el OK a la operación, ya que Juni Calafat cuenta con grandes informes de los jóvenes defensores, aunque si finalmente Mendes no lo logra, las puertas del estadio Santiago Bernabéu seguirán cerradas para él.
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