El delantero pasará este lunes unas pruebas médicas para confirmar el diagnóstico, si bien hay total tranquilidad ya que no hay ningún tipo de rotura. De hecho el futbolista intentó jugar durante cerca de un cuarto de hora y en la prórroga fue uno más en el banquillo y no paró quieto. En caso de haber estado lesionado de gravedad Cristiano hubiera necesitado de muletas y hubiera tenido que permanecer sentado, pero bastó con un fuerte vendaje para estabilizarle la articulación.
Así pues, y a falta de precisar los detalles de su lesión, el Real Madrid ya sabe que su estrella estará cerca de un mes en el dique seco. Esto significa que tendrá que apurar mucho sus plazos si quiere estar el próximo 9 de agosto en Trondheim (Noruega) para disputar la Supercopa de Europa. Y en caso de llegar lo haría sin partidos previos de preparación, por lo que es muy posible que Zidane prefiera no correr el riesgo. Aunque lo que sí parece claro es que el futbolista tendrá que pasar unas vacaciones bastante más tranquilas de lo que esperaba y seguir un completo plan de rehabilitación.
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