Enfrente habrá dos grandes rivales, que exigirán lo mejor de todos, pero cuyo sistema de juego favorecen al conjunto madridista. Liverpool y Barcelona suelen dejar mucho espacio a la espalda de su defensa, hándicap que el Real Madrid de Ancelotti suele castigar con puño de hierro.
Además, el equipo se encuentra en un momento especialmente dulce de cara a gol. Cristiano Ronaldo parece imparable, Benzema ha crecido en el aspecto goleador, Bale lleva el gol en la sangre y prácticamente todos los centrocampistas del equipo tienen peligro llegando desde segunda línea. Al Real Madrid le sobra arsenal en la vanguardia y el vestuario está como loco porque lleguen ambos encuentros.
Anfield abrirá el fuego en un partido con cierto sabor a revancha-el madridismo recuerda la humillación de 2009-. Tres días después, llegará el gran ‘clásico', ese en el que el Real Madrid debe vencer si o si para situarse a un solo punto del liderato. Por moral no será, desde luego.
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