Desde su regreso al Real Madrid, Carlos Henrique Casemiro se ha convertido en un jugador imprescindible para el conjunto merengue. Con Rafa Benítez se asentó en el once titular y con la llegada de Zinedine Zidane definitivamente se convirtió en un pilar fundamental para el cuadro blanco.
Contra el Eibar, Casemiro disputó su partido número 50 en el campeonato doméstico. El brasileño es el único centrocampista defensivo de la plantilla y desde su regreso del Oporto en verano de 2015 no ha hecho otra cosa que crecer. De hecho, de no haberse lesionado durante el primer tramo de la temporada, hubiera alcanzado la media centena de partidos mucho antes.
En la mente de Casemiro tan solo estar el poder ganar esta Liga. Y es que es el único trofeo que le falta por ganar como madridista, además de la Supercopa de España, que no es un título de los llamados 'top'. En 2014 ganó la Liga de Campeones y la Copa del Rey, el curso pasado repitó 'Orejona', en esta ocasión como actor principal, y ya en la presente temporada ya ha levantado la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes.
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