No en vano, el conjunto de Zidane dispondrá de tres días menos de descanso que su rival en La Rosaleda, el Málaga. Por no decir que el Barcelona, que es el que se está jugando el título con los blancos, también disfrutará de más de 70 horas de descanso respecto al Real Madrid para afrontar su último partido de Liga, en este caso frente al Eibar.
Después de que el Celta y la propia Liga se mofaran del Real Madrid con aquella esperpéntica suspensión del partido, no les quedó más remedio que hace un hueco en el calendario para que el partido se disputara el pasado miércoles, día 17. Aquella tomadura de pelo sólo tuvo un claro perjudicado, el Real Madrid. Ahora los blancos se tienen que jugar el título ante rivales que llegan mucho más descansados porque al Celta y a la Liga les dio la gana en su momento.
No deja de ser una piedra más de las muchas que ha tenido que sortear el Real Madrid para llegar a estas alturas de Liga con todas las opciones para ser campeón del torneo. Le han machacado los arbitrajes, propios en varios casos, y los ajenos de su gran rival, el beneficiadísimo Barcelona. Sin embargo, la política de rotaciones de Zidane ha posibilitado llegar al último partido del curso con más opciones que nadie de ser campeón de Liga ¡Eso sí que tiene mérito!
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