Ya no solo por los pésimos resultados del equipo, tanto en LaLiga como en Champions, sino por los frentes abiertos que tiene en el club. Tanto con el propio Joan Laporta, que nunca ha sentido especial sintonía con el holandés, como con pesos pesados del vestuario.
Gerard Piqué no está en el mismo barco que Koeman. El central cree que el equipo no tiene opciones de ganar títulos con él al frente y se posiciona al lado de Laporta. Vería con muy buenos ojos un cese del holandés, que ante el Benfica le señaló sustituyéndole en el minuto 30 de partido.
Por otra parte, Koeman tampoco traga a Piqué por su exceso de control en el vestuario. Confiesa a sus personas cercanas que se cree el dueño y cada vez está arrastrando a más compañeros.
La situación en el Barça es insostenible. El parón de selecciones le va a servir a Laporta para tener conversaciones con otros técnicos y, al mismo tiempo, estudiar cuánto costaría despedir a Koeman.
Lo fichó la anterior directiva y él piensa que otros como Roberto Martínez (seleccionador belga), Andrea Pirlo o Xavi Hernández mejorarían al equipo. El cese del holandés es sólo cuestión de tiempo y no precisamente mucho.
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