Falta ver el Liverpool-Real Madrid, obviamente, y saber qué resultado obtendrán los blancos... pero la realidad pasa por ver como la historia interminable se repite, una y otra (y otra) vez. Mbappé ve como el club merengue, ese que rechazó en dos ocasiones, sigue adelante: se convierte en campeón del Mundial de Clubes. Mira lo que hay en casa y se pone a temblar: el PSG, en sus trece.
Messi y Neymar sin efectividad en el primer día grande. Una bola que repite la historia del Bernabéu de la temporada pasada. Él tuvo que salir renqueante (con un par de entrenamientos a sus espaldas) para salir al rescate. Otra vez Kylian. En ese ejercicio de valentía y liderazgo también acumula buenos informes directos desde Valdebebas.
Está muy cansado de una situación idéntica a la de otros cursos. Neymar sigue gozando de privilegios de estrella, sin merecerlo, y lleva años sin aparecer en el momento cumbre que se le necesita. Ayer volvió a ser una sombra. Al igual que Messi, deambulando por el terreno de juego, con un status mayor al de 'Ney' y negociando una renovación al alza. Algo totalmente insostenible.
Enfado en zona mixta
Mbappé estalló al finalizar el PSG-Bayern pasando por la zona mixta: "Se suponía que no debía jugar. Quería jugar para ayudar a mis amigos. Tienes que quedarte contento con lo que puedes hacer y hoy pude hacer precisamente eso”, matizó. Unas palabras que apuntan, directamente, a Christoper Galtier como uno de los brazos ejecutores.
Tras esas palabras se fue a casa y desde su entorno aseguran que "muy dolido" y dándole vueltas a lo del Madrid. Cada vez lo tiene más claro y ayer volvió a entenderlo, una vez más, que se equivocó y que la opción para enmendar el error la tendrá en verano de 2023 o 2024. No habrá una cuarta oportunidad tras sus dos 'no' al Real Madrid.
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