Esta victoria resultó muy importante para el madridismo, sobre todo porque son tres puntos de 'oro', de esos que dan títulos al final de la temporada.
Con este triunfo se abre el año 2024, lo que supone el punto de partida con el que se afrontará un intenso calendario, aunque ante los baleares no todo fue color de rosa.
Sin embargo, Ancelotti no terminó del todo contento el choque. En el vestuario, una vez cosechada la victoria, el de Reggiolo apartó a Andriy Lunin y a Rodrygo Goes. Lo hizo para recriminarles su actitud sobre el verde.
Tanto el ucraniano como el brasileño vieron tarjetas amarillas por protestar. Esto es algo que realmente no gusta al italiano: “No podemos regalar esas tarjetas, no me gusta que sean por protestar”, les dijo el técnico.
De esta manera, le ha pedido a sus futbolistas que tengan cabeza frían sobre el terreno de juego. Todo ello, porque esas amonestaciones les puede costar muy caro al equipo en un futuro.
Difícil controlarse
La realidad es que no es sencillo controlarse con las actuaciones de los árbitros en el Santiago Bernabéu. En el día de ayer, el Real Madrid volvió a recibir un arbitraje de esos que llegan a desesperar y a peder la paciencia a los futbolistas.
Pese a todo, Ancelotti les ha pedido que se controlen y se tranquilicen, aunque en el fondo les llega a comprender. De hecho, durante esta campaña se le está viendo mucho más inquieto en el área técnica por la labor de los colegiados. No es para menos.
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