El Barcelona ‘pinchó’ este sábado en su visita al Girona (4-2) y, después de la victoria del Real Madrid frente al Cádiz (3-0), el conjunto de Xavi Hernández le dejó en bandeja el título de Liga, ya conquistado de manera matemática por el equipo que dirige Carlo Ancelotti. Con su derrota, el Barça, además, pierde la segunda posición en la tabla clasificatoria, que recupera, precisamente, el propio Girona.
Pero los problemas futbolísticos no son los únicos que asolan en el entorno culé. La deficiente temporada del primer equipo colinda, a su vez, con una maltrecha situación financiera, que ya ha provocado que el Barcelona recurra a las denominadas palancas financieras, consistentes éstas en la venta de activos e hipoteca de futuros activos para obtener liquidez en estos momentos actuales.
El Barça tiene que inscribir a varios futbolistas por inscribir, que actualmente no se encuentran recogidos oficialmente, y tiene aún por delante un cobro de 60 millones de euros de la venta que hizo, hace casi dos años, de Barça Studios, la productora que centralizaba la oferta audiovisual del conjunto azulgrana.
Ocurre que, si antes del 30 de junio, el Barcelona no ingresa ese montante de dinero, la Liga le restara esos 60 millones en cuanto a su capacidad de inscripción, siendo imposible cualquier fichaje de cierto relieve. En las últimas semanas, se ha rumoreado que, desde la dirección deportiva -gestionada por el ex futbolista Deco-, el Barça estaría tras los pasos de Darwin Núñez, delantero del Liverpool. En estos instantes, eso sería prácticamente imposible, porque las cuentas del Barça quedan lejos del denominado ‘fair play’ financiero que exige la UEFA.
El Barcelona, que no tiene inscrito para la próxima temporada a Vitor Roque, tendría casi vetada una incorporación de categoría. Así las cosas, el panorama del Barça está muy lejos de volver a ser el que era. El endeudamiento gigantesco del club, con su política de inversión y su masa salarial, ha condenado a la entidad a una auténtica hecatombe, que también desde hace años afecta al aspecto deportivo, pues el Barça no gana una Copa de Europa desde hace ya nueve años y su presencia por la Champions en los últimos años ha resultado del todo patética.
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