Hoy todo el Bernabéu se viste de Mourinho

La calma tensa parecía instalada en el Bernabéu. Los blancos venían de ganar y sufrir, o viceversa, en el campo de Sporting de Gijón el pasado fin de semana para mantener el primer puesto de la tabla. Con todo el affaire Mourinho-Preciado prácticamente olvidado. Apenas quedaban resquicios. Sin embargo, gracias a la intervención de Antiviolencia el fuego ha vuelto a brotar. Y de qué forma.

Mourinho recibirá hoy al Athletic en un asiento de plástico al lado del banquillo del Madrid. Es el último capítulo de la penitencia que se le impuso por equivocarse menospreciando a un colegiado. Allí se sentirá arropado, no sólo por la calefacción del estadio, sino por el público, que ha entendido que el linchamiento público al que está siendo sometido su entrenador es injusto. Injustísimo. No sería de extrañar que el nombre de Mou (si es que se canta la alineación con el portugués como entrenador) fuera el más aplaudido por los madridistas esta noche. Ahí tendría su bebida dentro del oasis en el que le quieren meter el entrenador blanco.

Mourinho no quiere pensar en el Barcelona

El Athletic se presenta en el Bernabéu como ese trámite previo a un gran partido. Es como la cabalgata de Reyes, que entretiene e ilusiona, pero el mejunje está al día siguiente. Con los de Caparrós pasa igual. Son tres puntos importantes, pero la vista de los madridistas está puesta en el 29-N en Barcelona. Y eso que el martes toca partido de Champions en Amsterdam. Pero los ojos y, quien sabe si la cabeza, están puestos en ese clásico Barcelona-Madrid. Esa será una de las misiones de Mourinho esta noche, además de no constiparse, tratar de hacer olvidar a su gente que existe ese partido durante los 90 minutos ante el Athletic.

Además de los tres puntos y del recibimiento a Mourinho, al que se espera acompañen varias pancartas de apoyo dentro del Bernabéu, parte del atractivo del choque estará en observar de cerca a dos cachorros del Athletic que vienen sonando fuerte como futuribles en la casa blanca: Javi Martínez y Fernando Llorente. La prueba del algodón pasará sobre sus piernas. Si la superan, con Florentino Pérez ojo avizor desde el palco, podrían estar jugando uno de sus últimos partidos como rivales del Bernabéu. Hasta en eso habrá emoción. No es un Madrid-Barcelona pero sólo por los condicionantes parece que merecerá la pena. Hasta pelarse de frío.