Tras ser aplazado por COVID, por fin se pudo disputar el tercer Clásico de la temporada. El primero se lo llevaron los blancos, conquistando la Supercopa. En Euroliga, el triunfó cayó para el lado culé, y en Liga Endesa, los árbitros decidieron que perdiese el Madrid.
Los de Laso son los actuales líderes, tanto en Liga como en Euroliga, pero los azulgranas van a la zaga, por eso el partido comenzó de forma muy igualada. La defensa madridista funcionaba, secando el juego interior, dejándoles en los peores registros de 2 de la temporada, pero encontraban un filón desde el perímetro,6 de 8 en el primer cuarto.
En ese primer cuarto, en el minuto 9, también se hizo un homenaje a Felipe Reyes. Quizás por eso, las torres del Madrid quisieron honrarle cerrando muy bien los aros, y dominando el rebote. El segundo cuarto siguió el mismo guion y al descanso los de Laso llegaron 2 abajo (40-42).
Pero esta temporada, es el tercer cuarto el que se le atraganta al Madrid. En defensa bajaron el nivel, y los de Jasikevicius comenzaron a dominar el ritmo. Así se lo recordó Laso en un tiempo muerto para poner en las escuelas, sin sus habituales gritos, pero dando una clase maestra.
Parece que no sirvió, ya que al inicio del último cuarto, los culés se pusieron 12 arriba (56-68). Al Madrid le costaba anotar, pero la entrada de Williams-Goss y Rudy cambiaron las sensaciones. Apretaron atrás, y en ataque empezaron a anotar, hasta apretar el marcador. Entonces, aparecieron los árbitros para cargarse el Clásico. empezaron a pitar de manera surrealista, una falta en ataque a Abalde y una en defensa a Williams-Goss que sólo vieron ellos. Pero no observaron una antideportiva sobre Hanga, cuando salía al contrataque. Le pusieron el partido en bandeja al Barcelona para el 75 a 85 final.
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