La entidad merengue espera que los siguientes enfrentamientos en el WiZink Center no estén condicionados por decisiones arbitrales.
El madridismo está indignado porque un terrible arbitraje en el Palau Blaugrana condicionó ampliamente el segundo partido de la final de la Liga Endesa, en el que los dirigidos por Šarūnas Jasikevičius resultaron beneficiados.
El Real Madrid venció con contundencia en el primer partido de la final, que se disputó en territorio azulgrana, en el que los merengues imprimieron una gran intensidad, que en ningún momento pudo igualar el Barcelona.
Por su parte, el segundo enfrentamiento fue muy diferente, ya que las fuerzas estuvieron bastante igualadas y los madridistas no estuvieron del todo acertados en ataque.
Sin embargo, algo con lo que no contaban en la entidad madridista es con el apoyo arbitral que tendría el Barcelona, que resultó determinante y terminó sacando del partido a los de Chus Mateo.
El madridismo está especialmente molesto por dos jugadas en específico, que marcaron el final del partido.
La primera fue en la mitad del último cuarto, en el que los árbitros no vieron un fuerte manotazo de Davies sobre el rostro de Causeur y que terminó en puntos para los azulgranas, pese a los reclamos de todo el Real Madrid, que no podían creerse lo que estaba ocurriendo en el Palau Blaugrana.
Pero esto no sería todo, ya que aún quedaría el desastre final en una dudosa falta señalada de Edy Tavares sobre Cory Higgins, lo que le dio dos tiros libres a los azulgranas, a falta de muy pocos segundos para terminar el segundo enfrentamiento de la final.
"Los árbitros le dan el partido de nuevo, es increíble. No entiendo nada, dejen a los equipos que decidan quién gana y quién pierde", expresó el merengue William-Goss, quien espera que los próximos dos partidos en el WiZink Center no estén condicionados por el grupo arbitral.
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