El filial nunca estuvo cómodo sobre el césped artificial del ‘Sanse’. Los locales lo tuvieron claro: presión, balones aéreos, juego directo y dureza en el centro del campo. El Castilla apenas tenía la pelota, el desacierto en el pase era absoluto y las llegadas se podían contar con los dedos de una manos. A los 14 minutos, Fer Ruiz abría el marcador con un golazo tras controlar en el pico del área y batir de fuerte volea a Carlos Abad. Para colmo, el árbitro tampoco ayudó al no conceder un ‘gol fantasma’ de Mario Hermoso en los albores de la primera mitad.
La segunda parte no fue muy distinta. Odegaard empataba a los siete minutos de la reanudación, de falta directa-el noruego fue el mejor del Madrid Castilla- pero Negredo adelantaba de nuevo al Sanse pocos instantes después. La última media hora fue un quiero y no puedo. Solari retiró a Odegaard, metió a Enzo, Quezada lo intentaba por fuera, pero las ocasiones no llegaban, el fútbol no existía y los locales pudieron incluso sentenciar a la contra. El Castilla sigue negado, sin gol, y lo que es más preocupante, sin fútbol. Toca salir de este mal momento cuanto antes…
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