No engañáis a nadie culés

Los culés no se quejan de los árbitros... hasta que se demuestre lo contrario





Con carita de niños buenos, con falsas buenas formas y con la apariencia de no haber roto nunca un plato es como consiguen las cosas los azulgrana. En multitud de ocasiones en los últimos años han acusado al Real Madrid de llorar, pero lo cierto es que los únicos llorones son ellos. Porque una cosa son las quejas con sentido y otra muy distinta lamentarse de que los árbitros no te favorecen. Eso es lo que hace el Barcelona tras un par de arbitrajes en los que no se les ha pitado dos penaltis y se ha dejado al rival con ocho sobre el césped.

Desde el máximo dirigente, Rosell, hasta los jugadores que para todo el mundo son ejemplo de humildad y 'buenismo' (como decía el amigo Walter García), comienzan a quitarse la careta ahora que el nerviosismo empieza a aflorar. El Real Madrid se escapa en la clasificación, y la pataleta de los culés no ha hecho más que comenzar. El máximo exponente de esa doble moral que se gastan los culés no es otro que Guardiola, que es capaz de aunar en la misma frase su desinterés por hablar de árbitros mientras critica sus decisiones. Él mismo fue el que creó el grupo de entrenadores que se quejan de las decisiones correctas. Curiosa coincidencia.

Por otro lado encontramos al presidente, el mismo que defiende la humildad y el fair play pero luego va vaticinando 'manitas' "para no perder la costumbre". Además, el propio Rosell también es capaz de, en la misma frase, poner buena cara mientras da cera a los colegiados: "Me gusta hacer la valoración al final de temporada, pero este año no pinta bien la cosa", dijo ayer, a la vez que se quejó por la ausencia de sanción a Pepe: "Si la cosa no funciona bien, el Barça tendrá algo que decir porque el fútbol se basa en el fair play". Todo ello tras asegurar hace tan solo una semana que no reclamaría una sanción para el central. A ver si se aclara...

Al igual que debería aclararse Xavi a la hora de poner buena cara con sus compañeros de Selección y luego ir diciendo por ahí que el Madrid no sabe perder. O cuando considera que los árbitros están perjudicando al Barcelona esta temporada después de asegurar que no habla de arbitrajes. O Dani Alves a la hora de decir que "quejarse es de perdedores" y luego ir llorando por las esquinas. O Messi cuando se queja de la "soberbia" de los colegiados tras asegurar que no le gusta hablar de los árbitros. Por suerte, el mundo del fútbol ya está curado de espanto con estos personajes. Ya no engañan a nadie.