La jornada 29 pintaba propicia para el Real Madrid. En primer lugar porque el Atlético-Barça era sinónimo de que los merengues iban a salir beneficiados ocurriese lo que ocurriese en el Metropolitano.
Además, los dos equipos llegaban de una semana de Champions, en la que tuvieron que forzar la máquina para colarse en el bombo de los cuartos de final, especialmente los colchoneros que necesitaron una prórroga.
Era por eso que los merengues se preparaban para ver un partido que hiciera bueno su triunfo ante Osasuna. Por supuesto, la preferencia era la derrota del Barça, que sin Pedri, ni Frenkie de Jong le está costando jugar, como quedó en evidencia en otros partidos.
A sentenciar la Liga en el Clásico
La derrota culé, sumado a la derrota del Girona ante el Getafe, hubiera permitido que los de Ancelotti dejase la Liga prácticamente sentenciada, con una renta de 10 puntos con respecto al segundo clasificado.
Esperar el favor de los rojiblancos era mucho deseo para los merengues. Los de Simeone se dejan cualquier esperanza que tuvieran por competir por el título liguero y hacen peligrar la cuarta plaza.
DEJA TU COMENTARIO