Hacer el amor en un avión, una de las confesiones de Asprilla tras su despedida





Como los caballeros, que no tienen memoria, evitó suministrar detalles o nombres, apenas dejó en el aire un tufillo de polémica, como siempre lo hizo en su carrera el ex jugador del Parma italiano, el Newcastle inglés, los brasileños Palmeiras y Fluminense, la Universidad de Chile y la selección colombiana. El goleador, de 39 años, respondió con humor, sin titubeos y en su tradicional tónica irreverente, a las preguntas de la revista 'Cromos', cuya nueva edición circula desde hoy. Sin problemas, reveló algunos de sus gustos, sus máximos errores, deseos y más satisfactorias conquistas.

Dijo, por ejemplo, que el ex seleccionador brasileño y portugués Luiz Felipe Scolari "es un técnico incomparable", el mejor que tuvo en su carrera; mientras que al ex seleccionador de Colombia, Ecuador y Guatemala, Hernán Darío Gómez, lo considera como "un maestro inolvidable". Tras haber marcado 150 goles en cu carrera profesional, Asprilla recuerda como el gol de su vida el que marcó de tiro libre al Milán. "Le quité el invicto", dijo. Admitió que la última vez que lloró fue por la muerte de un amigo. Dijo que lo más injusto que le hicieron en la vida fue marginarlo del Mundial del Francia'98, mientras que recuerda como su principal error en el fútbol el lanzamiento que desperdició en la serie de penaltis que a su Palmeiras le costó el título de la Copa Libertadores de 2000 ante el Boca Juniors.

La humildad, la sonrisa y sus manos, son consideradas por Asprilla como sus principales armas a la hora de conquistar una mujer. Su amor platónico es la actriz mexicana Salma Hayek. Garantizó que no se considera un símbolo sexual, pero si un buen partido (pretendiente). Jura que de ángel tiene las alas, y de demonio, nada. "Nunca vendería a mi familia o a un amigo por plata (dinero)", asegura y de su país dice que carece de motivos para estar alegre. Cree que su mayor aportación a Colombia, fue ayudar a la selección absoluta a clasificarse para la fase final de un Mundial, el de 1994. Y a la pregunta de qué fue lo más atrevido que hizo en su vida, Faustino Asprilla, quien se considera un experto jinete, no duda un instante: "hacer el amor en pleno vuelo de Bogotá a Londres".

Más detalles, no hay. Como tampoco cuando revela a medias un código de vestuario: muchos jugadores no se bañan aún después de intensos partidos. Él, quien posó desnudo para una revista colombiana, asegura que no volvería a hacerlo, pues "no hay nada nuevo que mostrar". Admitió que el mayor error de su vida fue haberse casado, y que su mayor ambición es ser dueño de un equipo de fútbol.