Cambio de guardia: salen Boca y River Plate, entran Vélez Sarsfield y Lanús

SUDAMERICANA





Boca Juniors y River Plate, habituales invitados especiales de la Copa Sudamericana, salieron por la puerta de atrás en la octava edición del torneo y dieron paso a dos novatos que quieren hacer historia: Vélez Sarsfield y Lanús. Un inesperado cambio de guardia en una competición acostumbrada a acoger nombres ilustres y pocos aventureros del fútbol con mucha ambición.

La quinta semana de la Copa Sudamericana, cuya historia se remonta a 2002 con la victoria del San Lorenzo argentino, que sí reservó plaza en los octavos de final, completó hoy la plantilla de dieciséis clasificados para la nueva instancia, en la que no habrá representantes bolivianos, colombianos ni venezolanos. Cinco equipos brasileños, incluido el Internacional, campeón de 2008; así como tres argentinos, dos chilenos, dos ecuatorianos, dos peruanos, un paraguayo y un uruguayo disputarán la segunda fase. Además del Internacional, que no necesitó jugar y aún no ha debutado en la competición, se han clasificado por Brasil Fluminense, Goiás, Vitória y Botafogo.

El San Lorenzo, campeón en 2002, portará el estandarte argentino junto con Vélez Sarsfield y Lanús. Las 'bestias negras' del fútbol colombiano, que fueron representados por el Deportivo Cali y La Equidad fueron los chilenos Unión Española y Universidad de Chile. Ecuador también confirmó a sus dos representantes: Emelec y Liga Deportiva Universitaria de Quito, el campeón de la Copa Libertadores de 2008 y de la Recopa Sudamericana de 2009. Y Perú, hace tiempo marginado del Mundial de 2002, demostró que con sus equipos tiene otra historia para mostrar en Sudamérica, al menos con el Alianza Atlético y el Cienciano, que alzó la Copa Sudamericana de 2003.

El ya consagrado Cerro Porteño preservará los intereses paraguayos, en tanto que al novato River Plate le corresponderá copar el vacío dejado por los grandes de Uruguay. El Boca Juniors, campeón de las ediciones de 2004 y 2005, fue una caricatura de sí mismo en la eliminatoria que el Vélez Sarsfield, campeón del pasado torneo Clausura, hizo suya con un empate 1-1 en 'La Bombonera' y un triunfo por 1-0 anoche en el estadio José Amalfitani. La síntesis de la impotencia del conjunto de Alfio Basile corrió por cuenta de su capitán, el histórico goleador Martín Palermo, cuya desesperación por forjar una jugada de gol le llevó a propinar un duro golpe a Emiliano Papa en la lucha por el balón, a los 83 minutos.

Para el árbitro argentino Saúl Laverni fue, sin duda, una de las más difíciles decisiones de su carrera: mostrar la cartulina roja a un jugador querido por todos, resignado a recibir golpes de muchos, y que ayer, en el ocaso de su destacada carrera, no paraba de dar besos y ofrecer disculpas a sus rivales por una maniobra que nunca debió protagonizar. Nada distinta fue la suerte del River Plate, cuya adicción a sus veteranas figuras no fue suficiente para enderezar una suerte que comenzó afectada por la derrota por 1-2 en pleno estadio Monumental, su estadio.

La vuelta, disputada hoy en cancha de Lanús, no fue diferente: cayó sin atenuantes por 1-0 y ahora el entrenador Néstor Gorosito tiene comprometida su continuidad, habida cuenta de su mala campaña en el Torneo Apertura argentino, un diagnóstico parecido para el mal que sufre el Boca Juniors. En la orilla brasileña, pocas sorpresas: Botafogo debió sufrir en su partido de vuelta para dejar en la cuneta al Atlético Paranaense (3-2 después de un 0-0 en Curitiba). Decepcionó el Atlético Mineiro, que perdió el tren en una tanda de penaltis con el Goiás (6-5). Con antelación el Fluminense había apeado al Flamengo, y el Vitória había hecho lo propio con el Coritiba. El Alianza Atlético peruano siguió la senda del Cienciano al despachar al Deportivo Anzoátegui en pleno Puerto La Cruz y con él se fueron las esperanzas de Venezuela de seguir en el torneo.