España hizo el ridículo sobre el campo. La desorganización táctica estuvo al orden del día, por lo que los jugadores se batieron en el campo a través del individualismo para acumular más fracasos que éxitos en sus intentos. Para colmo, López Caro demostró ser un entrenador sin soluciones ya que ante Finlandia, por ejemplo, decidió cambiar a los dos mejores jugadores españoles sobre el campo: Pedro León y Granero. Con López Caro los fracasos de las selecciones que dirijan están asegurados por mucha calidad que haya.
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