Gareth Bale consiguió quitarse una pequeña espina clavada que le dejó el Basilea en la temporada 20111/2012, cuando los helvéticos eliminaron a los Spurs en los cuartos de final de la Europa League, tras de una eliminatoria muy igualada.
Tanto, que el desenlace fue el cruel destino de los penaltis después de que ambos conjuntos empataran a dos goles, primero en Inglaterra y luego en Suiza. Desde entonces, el galés no había vuelto a enfrenarse al Basilea.
Con la victoria de hoy, Bale ha podido vengarse del mal momento que vivió con su anterior camiseta blanca y tener como último recuerdo -hasta hoy- ante los helvéticos una gran victoria, pero esta vez con la elástica del Real Madrid.
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