El italiano siempre suele ser un hombre muy comedido durante los partidos, pero la actuación de este árbitro le sacó de sus casillas. Hasta tal punto llegó su enfado que, según reflejó en el acta el propio Clos, "al finalizar el partido el entrenador local D. Carlo Ancelotti desde unos 30 metros se dirigió a mi persona aplaudiendo insistente y ostensiblemente en señal de desaprobación con nuestra actuación. Acto seguido se retiró al túnel de vestuarios donde repitió la misma acción con mi asistente número 1".
Queda claro que el árbitro mantuvo su afán de protagonismo hasta más allá de los 90 minutos del encuentro, por lo que no se puede descartar que el entrenador del Real Madrid ni siquiera acabe la temporada liguera en el banquillo merengue. Y es que, según el artículo 117 del reglamento de la Federación Española el hecho de "dirigirse a los árbitros, directivos o autoridades deportivas en términos o con actitudes de menosprecio o de desconsideración siempre que la acción no constituya falta más grave, se sancionará con suspensión de dos a tres partidos o por tiempo de hasta un mes".
Así, y como en este caso el gesto de Ancelotti ha quedado reflejado en el acta el Comité de Competición procederá a estudiarlo en los próximos días. Por ello, en condiciones normales, al técnico le caerían un par de encuentros de sanción, justo los que quedan para que finalice el campeonato. Lo cual, a su vez supondría que el partido del miércoles pudiera ser su último en el banquillo merengue, siempre y cuando el equipo no se clasificara para la final de la Champions League y posteriormente la directiva decidiera prescindir de sus servicios.
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