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Camavinga y Mbappé, las dos piezas para completar el ‘puzzle’

El Real Madrid se garantizaría un equipo de lujo para dominar Europa durante la próxima década.


Mbappé y Camavinga

Mbappé y Camavinga

Defensa Central

Florentino Pérez se propuso hace mucho tiempo que, cuando abandone el Real Madrid, lo hará dejando un legado. Si ya de por sí será recordado por construir la actual y envidiable Ciudad Deportiva, el nuevo estadio Santiago Bernabéu y por las 4 Champions en 5 años, también intenta formar el equipo de la próxima década. La política de fichajes del club cambió drásticamente en los últimos años. Ahora se apuesta por un binomio éxitoso: jóvenes promesas y estrellas ya consagradas. Así quiere que sea el nuevo Madrid, cuando ya no esté, pero que seguirá en lo más alto. 

Para ello solo faltan dos piezas en el puzzle. Kylian Mbappé y Eduardo Camavinga. El primero será (si no lo es ya) el mejor jugador del mundo. Sus cualidades son indiscutibles y en Francia ya asumen que, tarde o temprano, acabará dejando el PSG por el Real Madrid. En el mismo país, está despuntando un jóven centrocampista -Eduardo Camavinga- que ya ha captado el interés de los grandes de Europa. Solo tiene 17 años y su fichaje oscilaría los 60 millones de euros. (Reinier ya está en Madrid y hay fecha para su posible debut).

Con ellos en la plantilla, el Real Madrid se garantizaría un once de lujo compuesto por: Andriy Lunin, Achraf Hakimi, Eder Militao, Raphaël Varane, Ferland Mendy, Eduardo Camavinga, Federico Valverde, Martin Odegaard, Rodrygo Goes, Vinicius Jr y Kylian Mbappé. Por no hablar del blanquillo con otros 'cracks' como Marco Asensio, Luka Jovic, Reinier Jesús, Brahim, Kubo y Donny Van de Beek (su fichaje será oficial a final de temporada).

El proyecto de Florentino Pérez ya tiene forma y solo falta poner el broche final. Presumiblemente, Kylian Mbappé será el gran galáctico del presidente antes de que decida poner punto y final a su éxitosa etapa al mando del club. Afortunadamente para ello aún queda mucho tiempo, por lo que no hay de qué preocuparse. El Madrid del futuro ilusiona.