El capitán del Real Madrid es pura fiabilidad desde el punto de penalti. Si el Ramos que mereció estar en la terna de Balón de Oro en 2014 se destaca por su potente llegada a área y por remates que el que firmó el Lisboa, o previamente en Múnich, el Ramos de 2020 se caracteriza por batir todos los récords en los penaltis. (Los tres madridistas que se fueron anoche de cena tras ganar al Athletic)
20 goles seguidos (9 por la izquierda, 6 panenkas y 5 por la derecha) así lo acreditan. Sergio Ramos se ha ganado entrar en la puja por el oro, aunque todavía hay que esperar al desenlace de la Liga, por colar su nombre día tras día en su lista de goleadores. Rompe todos los récords y tira del carro, con veteranía y maestría en el Bernabéu.
El penalti que le cambió la vida fue ante el Bayern de Múnich en 2012. Falló una fatídica tanda y, desde entonces, lejos de pesarle las piernas y empezar a temblar asumió galones. Lo demostró dando una lección en la ronda de penaltis frente a Portugal. En la Eurocopa, como mandan los cánones, mando en panenka la pelota a guardar... Y desde el 9 de mayo de 2018 no falla uno.
20 seguidos. Si te tiras a un lado te lo ajustará de manera que no llegues y si te vences, antes de lanzar, te lo tirará suave a lo panenka modificando la trayectoria del balón. La especialidad de Ramos es mandarlos a la cazuela y esta temporada ya suma 12 goles (10 en Liga y 2 en Champions League), aunque no todos han sido desde los once metros.
Sergio Ramos se queda, cada día, un ratín, para lanzar penaltis y faltas en Valdebebas. El capitán tiene una total predisposición para mejorar y convertirse en el rey histórico de los penaltis. Pura garantía de gol y de éxito. El día que falle se recordará durante mucho tiempo...
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