El Balón de Oro 2018, a sus 35 años, está viviendo una ‘segunda juventud’… o es que realmente no había perdido nunca la primera, a pesar del lógico bajón en su rendimiento la temporada después de la paliza del 2018 con el Madrid y la Selección en el Mundial de Rusia, donde quedó subcampeón. (Las cinco claves que tienen al Real Madrid a punto de ganar la Liga)
Modric, ante el castigo físico de hace dos años con tantos partidos, no pudo mostrar su mejor versión la campaña pasada y su continuidad, a pesar de tener contrato hasta 2021, quedó en el aire con los dos equipos de Milán y el Inter de Miami de la MLS muy interesados en él, pero Zinedine Zidane quiso que se quedara y el jugador aceptó de buen grado. No le ha ido nada mal.
El medio croata lleva 5 goles y 7 asistencias en 38 partidos, una de sus mejores temporadas en lo que a números se refiere, pero a comienzos del 2020, tenía casi decidido abandonar el Madrid ya este verano: mucha presión, ya con una edad y jugando cada vez menos minutos ante un Fede Valverde que ha irrumpido con fuerza.
Sin embargo, tras el parón de tres meses y la vuelta de LaLiga, ya más descansado, Modric se ha dado cuenta que está siendo más que importante para Zidane, juega asiduamente -siete de nueve titularidades después del parón (apenas jugó el descuento ante la Real Sociedad y estuvo sancionado ante el Espanyol)- y está rindiendo a gran nivel.
Todo ello, unido a que el Madrid cada vez ve más complicado meter jugadores nuevos en la medular -Zidane no cuenta con Ceballos y Odegaard ha optado por continuar en la Real Sociedad-, van a hacer que Modric, salvo sorpresón, continúe también el próximo curso en el Madrid.
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