Florentino Pérez lo tuvo en su mano, pero el de Bondy quiso seguir creciendo en la Ligue 1, tras su paso por el Mónaco. El objetivo pasaba por agigantarse en su París (y vaya sí lo hizo…) y, posteriormente, firmar por el Real Madrid. Una hoja de ruta que desveló Vadim Vasilyev en la entidad monegasca: esperaría Mbappé al Madrid y viceversa. No hay otro partido posible, tal y como te hemos ido contando en este medio. Su entorno, el del futbolista francés, sigue dándole al club blanco esa promesa verbal.
Visto y dicho eso, ahora queda negociar. Algo que todavía no ha sucedido, a pesar de lo que se contó hace meses, y toca lidiar con el deseo del PSG. Los parisinos, obviamente, saben que Mbappé quiere salir rumbo al Real Madrid… otra cosa es asumirlo. En ese papel están metidos Leonardo y Al Khelaïfi que siguen lanzándole tentativas para renovar, pese a la crisis que desató el COVID-19 en el mercado de fichajes.
Florentino Pérez sabe que ellos dos son las cabezas visibles del proyecto, pero desde la directiva merengue aseguran a Defensa Central que no será con ellos la negociación final. Hay un fondo. Un fondo qatarí, el del Emir de Qatar, Tamim bin Hamad Al Thani, que dictaminará, en última instancia, si Mbappé sale de París o si se queda en el Parc des Princes.
El Real Madrid, como te venimos contando en este periódico desde hace meses, iniciará las negociaciones en 2021. Se espera que en enero se produzcan los primeros contactos oficiales y en junio esté cerrado el acuerdo. El otro punto de vista, el francés, según apuntó Paco Buyo lo ve como misión imposible y su fichaje se aplazaría hasta el 2022. Una guerra fría, abierta, sin agresión, en la que se debe ir de cara y no dar pasos en falso. El jugador no los piensa dar y solo se ataría a un nuevo contrato, pactando su salida en 2022, si impera la cabezonería de los galos.
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