Marco Asensio está en el punto de mira. Con Lucas y Rodrygo en racha, la posición de indiscutible de Marco peligra y mucho. Zidane sigue confiando en él y no es para menos, ya que se trata de uno de los futbolistas con más clase del equipo. Eso sí, la confianza no será eterna y el madridismo empieza a hartarse el mallorquín.
Ante el Shakhtar, Asensio era titular acompañado de Rodrygo y Benzema en ataque. Zidane volvía a apostar por el 4-3-3 dejando a Casemiro en el banquillo. Oportunidad de oro para el mallorquín para reivindicarse ante un equipo que iba a plantear un partido defensivo, como ya demostró en la ida.
El equipo empezó el partido con mucha verticalidad, aunque sin demasiado control. Marco empezó un poco tímido, aunque fue en el minuto cuatro cuando el mallorquín tuvo el primero. Recuperación, se la cede a Rodrygo, este para Benzema y el francés se la devuelve a Marco que a punto está de adelantar al equipo. Disparo con la zurda dentro del área pequeña, pero el palo evitó el gol que tanto merece.
Poco a poco esa verticalidad se fue diluyendo y el Shakhtar empezó a meterse en el partido. El mallorquín estaba siendo de los más peligrosos y en el minuto veintinueve lo demostró. De nuevo la tuvo Asensio que tras una gran combinación con Odegaard, a punto estuvo de modificar el marcador. Sin embargo, el joven portero ucraniano desviaba la pelota con la mano derecha.
La segunda parte comenzaba y el Madrid no sufría en defensa, pero en ataque apenas ocasionaba peligro. La presencia de Marco en el partido fue diluyéndose y el Madrid dejó de ocasionar peligro. La presión arriba dejó de funcionar y el equipo perdió energía y frescura.
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