No hay más que darse una vuelta por la Ciudad Deportiva del Real Madrid para ver que es una auténtica obra de arte. El Di Stéfano está cuidado al dedillo, con exactamente las mismas medidas y el mismo césped que el del Bernabéu, pero Klopp cayó en el insulto fácil.
Queda totalmente retratado al decir que "por lo menos la vuelta se jugará en un estadio de verdad", ya que incluso Anfield tiene menores dimensiones que el Di Stéfano. Mientras que las de éste son 105X68, las de Anfield son más reducidas 101X68.
Es lo que tiene no saber en qué escudarse cuando tu equipo hace el ridículo. El Liverpool se habría arrastrado igual en el Di Stéfano que en el Bernabéu. Se vieron arrollados por un Real Madrid que fue muy superior desde el pitido inicial.
Klopp debe hacer más autocrítica y tratar de encontrar las soluciones si quiere, por lo menos, plantar cara en la vuelta. Veremos lo que sucede en Anfield. Si los británicos caen eliminados, tendrá que dar bastantes explicaciones.
Esa es la diferencia entre un técnico resentido y un auténtico señor como Zinedine Zidane. El francés nunca habla de los árbitros, ni pone excusas baratas cuando no se dan los resultados. Por eso uno es entrenador del Real Madrid y otro del Liverpool.
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