Eden Hazard había sido uno de los mejores en el primer partido frente al Alavés. Había dejado grandes detalles que recordaron a su mejor versión. Y su asociación con Benzema fue muy ilusionante.
Sin embargo, frente al Levante no corroboró nada de lo que había mostrado. Volvió a parecer el jugador gris de la pasada campaña, sin apenas tener participación en ataque.
Los números hablan por sí solos, y es que Demasiado pobre para un jugador que debería ser diferencial en los partidos.
Y eso que comenzó metido en el partido. Eden parece otro, con la cabeza centrada en el equipo. Tanto es así, que su ímpetu por presionar la salida de balón le llevó a entrar antes de tiempo en el área de Aitor.
Pero su participación como decimos se vio muy reducida. Bajó al centro del campo para intentar algunas de sus conducciones, pero no se tradujeron en ocasiones peligrosas.
Y en esta ocasión, a pesar de la movilidad, tampoco vimos ese buen entendimiento con Benzema que tanto había gustado en el primer partido de la temporada.
Sólo llevamos dos encuentros y ya hemos visto las dos caras de Hazard. Ahora tendrá que decidir cuál es la que quiere mostrar a lo largo del curso.
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