La primera titularidad de Camavinga acabó con una ovación atronadora... y muy merecida

El futbolista francés estuvo a un nivel muy alto ante el Mallorca, a pesar de que cometió un pequeño error en el gol de los visitantes


Camavinga, Santiago Bernabéu

Eduardo Camavinga




En sus primeros encuentros, ante Celta, Inter y Valencia, su participación en el segundo acto fue decisiva: frente a los gallegos anotó su primer gol, en su debut. Ante el Inter asistió a Rodrygo en el gol de la victoria para estrenar la Liga de Campeones a lo grande. Y ante el Valencia su trabajo fue clave para darle la vuelta al marcador, que iba 1-0 a su entrada y terminó con un resultado de 1-2.

Había muchísimas expectativas con su estreno como titular y Camavinga demostró que está más que capacitado para jugar tanto como pivote como en la posición de interior. Esta vez, le tocó en una zona más posicional y su nivel no se resintió lo más mínimo, volviendo a cuajar una actuación más que destacada para ayudar al equipo a conseguir la victoria.

El centrocampista francés trabajó muy bien a nivel defensivo, a pesar de que cometió un pequeño error que le costó caro al equipo, en el gol de Kang-in Lee que en ese momento suponía el 2-1. El joven jugador madridista estaba despistado tras el saque de centro posterior al 2-0 y no taponó la internada del coreano hacia la portería de Thibaut Courtois.

Sensacional con balón

Más allá de eso, Camavinga dio un recital con la pelota, dejando detalles de muchísima calidad a lo largo de los noventa minutos. Cambios de juego larguísimos, una lectura del partido perfecta en todo momento y una pisadita, nada más comenzar el choque, que levantó al Santiago Bernabéu.


Después de cuatro partidos en el Real Madrid, puede decirse que Camavinga está ya más que adaptado al juego del equipo. Ha caído de pie y aunque tiene mucho por mejorar y pulir de aquí en adelante, con solo 18 años estamos hablando de un futbolista que apunta a ser clave durante muchos años en el Santiago Bernabéu.

Por ahora, ante el Mallorca ha estrenado su cuenta particular de titularidades con el Madrid y lo ha hecho en un estadio en el que, si todo va como hasta ahora, va a echar raíces durante muchos años. Ancelotti está encantado con él y no es para menos. Todo el madridismo está sorprendido por el gran nivel que está mostrando desde el primer momento, de ahí la ovación que recibió al ser sustituido a la hora de partido para dejar su sitio a Antonio Blanco.