Camavinga se ganó la titularidad con irrupciones, de muchos quilates, en sus apariciones desde el banquillo. Marcó ante el Celta de Vigo, en su debut, desequilibró el partido contra el Inter, con una asistencia, brilló contra el Valencia y se asentó ante el Mallorca. A partir de ahí, sin embargo, todo han sido ataques de entrenador...
Carlo Ancelotti lo dejó en el banquillo contra el Villarreal y, luego, ante el Sheriff y contra el Espanyol, en los dos partidos del descalabro, a Camavinga siempre lo colocó en una posición que no era la suya.
El detalle es que Camavinga ha dominado el final de los partidos que ha manejado en solitario desde el pivote (Inter, Valencia y Mallorca), casi nunca acompañado por Casemiro, como contra el Sheriff, o, como ante el Espanyol, por Kroos y Modric.
En Cornellà El-Prat lo puso en el extremo izquierdo, por momentos, en un 4-4-2 para defender, claramente, y con el francés descolocado en la banda. A él le gusta llevar la manija de las recuperaciones y si está solo, como era el caso, para él era mejor ser el '5'.
Mejor de '5'
Ese fue uno de los grandes errores que tuvo Carlo Ancelotti en su once titular. Un error imperdonable y que ya ha repetido, pero del que ha tomado nota. Camavinga debe jugar en su posición, como Fede Valverde, y por ahí podría estar una de las claves del declive del Real Madrid en la última semana de partidos.
Camavinga, pese a todo, ha mostrado mucho caracter y ha mostrado un saber estar sobre el césped, pese a no estar en su posición, que es totalmente clave para triunfar en un equipo como el de los madridistas.
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