Cuando el carioca tiene la pelota nadie sabe qué va a intentar. Vinicius es absolutamente impredecible y esa es una de sus grandes virtudes. Esta clase de jugadores no pueden ser estudiados con anterioridad porque, de un momento a otro, rompen todos los esquemas.
Aunque el partido acabó 0-0 y no pasará a la historia como un súper clásico emocionante, al menos Vinicius le puso un poco de 'sal' con sus regates. En el minuto 64' se cayó el estadio Bicentenario de San Juan.
Un compañero le dio un mal pase que tuvo que recoger, con velocidad, muy pegado al banderín de córner. Nada más levantar la cabeza ya tenía encima a Julián Álvarez, de River Plate, que aún no sabía la que le iba a liar el madridista.
En un espacio increíblemente reducido, dónde parecía imposible hacer algo para salir, Vinicius se inventó una lambretta espectacular y, no para la foto, sino que fue efectiva para continuar con la jugada y acabó pasándole el balón a su compañero.
Uno de los repertorios más complicados de hacer y que, normalmente, se atribuye a cracks como Neymar Jr. El jugador del PSG lo ha hecho en alguna que otra ocasión, pero no de forma tan efectiva y brutal como Vinicius. Nuestro chico está creciendo y apunta muy alto.
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