Después de su ridícula rueda de prensa intentando excusarse sobre sus negocios con Piqué para llevar la Supercopa a Arabia, ahora resulta que le atormenta recibir una pitada monumental de todo el Santiago Bernabéu. Medita inventarse alguna incompatibilidad de calendario.
Y es que, como todos sabemos, ambos utilizaron el nombre del Real Madrid para obtener un mejor acuerdo con los árabes. En un organismo serio esto habría costado su destitución como presidente de la RFEF y Piqué no se habría marchado de rositas.
Su empresa, Kosmos, se llevó un pastizal gracias a su intermediación para que la Supercopa acabase jugándose en Arabia Saudí. Rubiales, por su parte, se lleva un extra por cada contrato que consiga para la RFEF.
En vilo
El 'ABC' asegura que en los próximos días habrá reuniones de trabajo para tomar una decisión sobre si debe o no Rubiales entregar el posible título de Liga al Real Madrid en el Bernabéu. Una pitada ensuciaría, no sólo su ya dañada imagen, sino también la del propio organismo.
Están pensando en Andreu Camps, secretario general, para evitar que haya demasiada música de viento en el Bernabéu. Cuando te escondes es porque sabes que algo malo has hecho.
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