En el Real Madrid saben que en el Liverpool van a presionar al árbitro desde el minuto uno en la previa. En el club blanco lo tienen claro, van a victimizarse por lo ocurrido con Salah hace unos años y lo van a sacar a pasear cuando puedan.
Ancelotti está más que curtido en estos temas y es consciente de que el árbitro de la final va a ser presionado antes, durante y si llega el caso, después del partido. Por ello, el técnico del Madrid les va a leer la cartilla a los suyos y ha fijará varias directrices a seguir sobre el arbitraje.
Esto es un plan que también se suele seguir en partidos importantes, como es el caso de los Clásicos. La presión que realizan en cada encuentro los Piqué, Jordi Alba y Busquets está premeditada y en el club saben que en el Liverpool realizan la misma estrategia.
Todo ello, ha sido estudiado por el cuerpo técnico y se han fijado en aquellos aspectos externos que son importantes para gestionar el partido de la mejor forma posible. Por lo tanto, Carlo establecerá una serie de consignas a sus jugadores para que no intenten dejarse llevar por las actuaciones de sus rivales.
Dos puntos clave
La primera regla que se ha fijado es no dejar que más de 4-5 jugadores rodeen al árbitro pidiendo tarjetas o sanciones. Los futbolistas blancos tienen que evitarlo o, al menos, igualar el número de jugadores que estén involucrados en dicha 'guerra'.
La segunda es que bajo ningún concepto se puede dejar al equipo con 10 en la final. Haga el árbitro lo que haga, no se le puede forzar a que expulse algún jugador de la plantilla. Ancelotti no quiere insultos y que no caigan en la tentación de las provocaciones.
Por lo tanto, en Valdebebas han dejado todo preparado para que el Real Madrid tenga todo bajo control y no haya ningún imprevisto tanto dentro como fuera del partido. Los jugadores llegan más que motivados y están ansiosos por conseguir la 14º.
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