El Real Madrid e Inglaterra pueden volver a encontrase y si bien habrá que superar a media Premier League en una carrera por Jude Bellingham que se acerca cada vez más a los 150 millones de euros, desde el conjunto blanco no solo debe preocupar los montos de uan operación clave en para la próxima década del conjunto blanco. Terminar con uno de los ‘tópicos’ del fútbol europeo, un objetivo vital para que el británico triunfe en el Santiago Bernabéu.
Nadie duda de las condiciones de Jude, de su polivalencia, pegada o el impacto que tendrá en el terreno de juego cada vez que se calce la indumentaria blanca, pero esto es el Real Madrid y cada fichaje realizado por Florentino Pérez y Carlo Ancelotti supone el haber analizado cada aspecto que compone al futbolista.
El saber adaptarse a la actualidad del conjunto blanco supone uno de los puntos clave en el acto de triunfar o fracasar en Concha Espina. Erigirse como figura del Real Madrid es un trabajo que encuentra su mayor sacrificio fuera del césped y en una serie de aclimatamientos que pocos se encuentran dispuestos a realizar. La historia de los ingleses en la capital española tiene todo tipo de capítulos en este sentido.
Los riesgos del Reino Unido
Fichar jugadores de la Premier League ha valido títulos para el Real Madrid, así como operaciones de las que es mejores no acordarse. Los ingleses suelen sufrir y de que manera el jugar por fuera de las islas y si bien Bellingham ya ha roto con este paradigma en la Bundesliga, Alemania supone uno de los países más angloparlantes de toda Europa. España es distinta, su cultura aún más y por ende, un territorio hostil en varios casos para los jugadores que ha fichado el conjunto blanco desde el Reino Unido.
Gareth Bale supuso Champions y una decena de problemas por fuera de los terrenos de juego, Jonathan Woodgate o Michael Owen tener la enfermería siempre con inquilinos y casos como el de Laurie Cunningham son un enigma en toda regla. Jude Bellingham tendrá que derribar el mito que supone para un británico brillar en el Santiago Bernabéu y puede que su mejor espejo en este sentido suponga el nombre que Steve McManaman se hizo en la capital española.
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