Cuando Carlo Ancelotti se dio cuenta de que Camavinga era un diamante en bruto, supo que había mucho trabajo que hacer. Aunque parecía que su papel poco a poco se fue delimitando y sus errores se corregían, la vuelta al ritmo competitivo al inicio de esta misma temporada ha dejado claro que no se ha acabado. Ancelotti tiene un miedo muy concreto: que expulsen a Camavinga.
El '12' del Real Madrid, pese a las advertencias del cuerpo técnico, todavía sigue yendo muy fuerte en los balones divididos, recurriendo a las entradas por abajo y a los tackling para llevarse el balón. Aunque esta forma de recuperar la pelota tan espectacular y contundente funcione perfectamente cuando se hace bien, puede tener consecuencias catastróficas si no se ejecuta como debería.
Tomando en cuenta la facilidad con la que los trencillas españoles están dispuestos a castigar al Real Madrid por la más mínima entrada, la presencia de Camavinga en el terreno de juego siempre está en peligro. Cualquier mal choque con un rival podría significar su expulsión por doble amarilla o incluso por roja directa en los casos de los colegiados más antimadridistas.
El antídoto contra los miedos de Ancelotti
"Edu, ayúdame". Esta es la petición que le hace constantemente Ancelotti a Camavinga: tiene que corregir su impetuosidad a la hora de intentar robar el balón y 'chocar' con los rivales. Aunque el entrenador italiano valora que Camavinga no sea un jugador que se 'esconda' a la hora de aplicarse en las tareas defensivas, sí entiende que podría ser un riesgo para sí mismo y para el equipo, que se quedaría solo con 10 futbolistas.
Esta idea aterra a Ancelotti, que ha reconocido en conversaciones privadas que está siendo injusto con el '12' precisamente por este miedo que tiene: Camavinga siempre suele acumular tarjetas cuando sale de titular. Para evitar que pueda recibir otra en la segunda mitad siempre es sustituido al descanso. No se trata de ninguna conspiración contra el jugador ni para forzar su marcha de la entidad madridista como muchos han empezado a sugerir desde fuera.
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