Que el mercado de invierno no es ninguna panacea ya es casi un axioma. Salvo en contadas ocasiones, como sucedió hace dos inviernos con las adquisiciones por parte del Real Madrid de los argentinos Gago e Higuaín, los fichajes que se realizan cubren errores en la planificación del verano.
A esto hay que añadirle, este año, una crisis económica que no esquiva tampoco a los clubes más poderosos. Hasta Roman Abramóvich, el magnate ruso que ha dominado el mercado en los últimos años, se ha planteado si vender el Chelsea o su yate, una curiosa disyuntiva.
Más crisis
El Manchester City y su dinero procedente de Abu Dhabi parecían dispuestos a cambiar la fisonomía del fútbol europeo y apuntaban a todas las figuras (Messi, Torres, Kaká...). A la hora de la verdad, los millones prometidos no han aparecido.
Por eso, hasta el momento, el único que ha animado el mercado ha sido el Real Madrid, pero sobre todo por la polémica que ha abierto con la UEFA, que no le deja inscribir más que a uno de sus dos refuerzos (Huntelaar o Diarra) en la Liga de Campeones, porque han disputado ya la Copa de la UEFA con el Ajax y el Portsmouth, respectivamente.
Las lesiones de larga duración del holandés Ruud Van Nistelrooy y del malí Mahamadou Diarra forzaron al club blanco a buscar sustitutos en el mercado de invierno.
Buscaron jugadores que ocupasen esos puestos con garantías y, además, pudiesen jugar la Liga de Campeones, sin caer en la cuenta de que, una normativa de la UEFA, impide inscribir en la máxima competición continental a más de un jugador que haya disputado la Copa de la UEFA.
Mientras busca una salida que evite que Juande Ramos se vea obligado a elegir entre uno de los dos, el club también ha reclutado a Dani Parejo, la joya de la cantera que probó fortuna en el Queen's Park Rangers inglés de Flavio Briatore, y aún sondea el mercado en busca de un jugador de banda que cumpla todos los requisitos.
Objetivos extranjeros
Otro equipo acuciado por las lesiones es el Arsenal, que se ha quedado sin el español Cesc Fábregas, el checo Tomas Rosicky y el inglés Theo Walcott. El ruso Andrei Arshavin, el italiano Daniele de Rossi e, incluso, David Villa han sonado como objetivos, pero el técnico Arsene Wenger ya ha advertido que el club no está para grandes dispendios.
El Milán sí se ha movido, pero la llegada de David Beckham, cedido durante tres meses por Los Ángeles Galaxy, más parece una operación de mercadotecnia que un intento por reforzar un conjunto que ya padece por su veteranía.
No obstante, todos parecen salir ganando; el Milán venderá más camisetas, Beckham suma otro "grande" a su currículo y su mujer otra ciudad para ir de tiendas.
Desde hoy mismo, todos tienen un mes para reforzarse, y aunque volverán a mirar al mercado sudamericano, en busca de alguna promesa por descubrir, no se auguran contrataciones deslumbrantes.
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