El Liverpool de Rafa, al desnudo

El amor a la táctica de Benítez y los problemas ofensivos, principales señas Reds





Benítez cambió el discurso

Cuando el bueno de Rafa Benítez se asomó al proyecto más innovador y ambicioso de su corta pero exitosa carrera, en Anfield el ‘Never Walk Alone’ había perdido fuelle. Los Reds llevaban demasiados años alejados del glamour de las grandes noches europeas y a excepción de la final de la Copa de la UEFA ante el Alavés en aquella final para el recuerdo de 2001 en el Westfalen de Dortmund.

En Mersey se había perdido la gloria que los Lyverbirds arrastraban desde tiempos ancestrales y que le mantienen como el equipo más laureado de Inglaterra. Aunque el Manchester United le ha arrancado casi de raíz ese honor en las últimas décadas y pese a que actualmente han vuelto a ejercer de locomotora inalcanzable en la Premier (que en Anfield no levantan desde hace 19 años), los chicos de Benítez recuperaron el respeto perdido en base a trabajo, una inyección económica a la altura de los grandes y, sobre todo, acierto en algunos refuerzos clave.

Ahora todo ha cambiado. Desde 2004 y de la mano del madrileño, se alcanzaron sobradamente méritos impensables en tiempo record. Una Champions League ganada a pleno corazón ante el Milan y una final sin premio dos años más tarde, bastaron para reverdecer viejas gestas y anclarse en el podio de los gigantes europeos. Más allá de que la Champions es su competición favorita, la Premier sigue siendo el principal objetivo de un Liverpool que llegará al Bernabeu a no conceder ocasiones y a intentar entorpecer al máximo las posibles alternativas ofensivas de su rival.


La pizarra de Benítez

Si por algo se conoce al técnico madrileño del Liverpool es por su detallado estudio táctico del rival y de cada partido por separado. Cuenta con una amplia red de medios y agentes a su alrededor que le preparan suculentos análisis sobre los rivales, jugadores relevantes y detalles como minutos, estado físico o cualidades en partidos específicos. Una vez que tiene todos los datos sobre la mesa, Benítez prepara cada partido de manera especial, rotando jugadores y adaptándolos a las exigencias de la competición, rival y pretensiones de futuro. El español estuvo más de un año sin repetir un once inicial, lo que siempre le ha costado críticas pero que, a su vez, refleja esta maníatica costumbre.

Pese a lo complicado que se antoja pronosticar sus alineaciones e intenciones, saltará al Santiago Bernabeu con muchas precauciones. Sobre el papel, la manija defensiva recalará más que nunca en Carragher, clave en el sistema defensivo de un equipo que junta mucho sus líneas y que hace trabajar excesivamente a sus mediocentros en labores defensivas. Un sacrificio que incluso comparten llegadotes como Kuyt, incansable trabajador adaptado totalmente a las exigencias de Benítez.

La ausencia de Agger en la dupla defensiva complica un poco más los planes de su línea trasera, ya que la idea de Benítez se fijaba en poder meter a tres centrales (aunque uno de ellos, supuestamente Carragher, actuar de lateral diestro). Ahora, sin el danés (dolido en la espalda), la idea defensiva se mantiene pero evita una mayor potencia y seguridad ya que se verá obligado a dar entrada a un lateral menos defensivo (a pesar de seguir estrictas exigencias desde el banquillo). Arbeloa, Fabio Aurelio y Dossena, seguramente los dos primeros, serán los elegidos aunque olvidarán en gran medida sus pretensiones de profundizar y se concentrarán en frenar las acometidas de los extremos blancos.

También hay que destacar que la dupla de mediocentros formada por Mascherano y Xavi Alonso se complemente a la perfección. El argentino pone la garra, el sacrificio y la capacidad de destrucción que pocos pueden igualar. El vasco, por el contrario, aprovecha esas cualidades de su compañero para explotar su toque, ser el pilar de asociación de sus compañeros y sorprender con disparos lejanos cuando puede adentrarse en posiciones de ataque. Una pareja completísima y clave para el funcionamiento del equipo.

Problemas en la delantera

El otro gran ‘pero’ que se le ha presentado en las últimas semanas a Benítez (más allá de la duda de Gerrard) se fija en la delantera. Fernando Torres es clave, fijo, el goleador que hace años demandaban en Anfield y el jugador que les ha devuelto a la élite con sus goles. Curiosamente, su presencia ha sido la peor noticia para sus acompañantes ofensivos, debido a que ninguno de ellos ha logrado tapar la larga sombra de su presencia. Las críticas para Rafa llegan tras la venta de Keane al Tottenham (en una irrisoria historia), ya que ha mermado demasiado a la plantilla, que no tiene más delanteros de nivel para suplir al español.

Babel y Kuyt son dos extremos con diferentes cualidades. Comparten movimientos, llegadas y facilidad de aparición pero, por el contrario, adolecen de gol y claridad para definir. Tras ellos, aparecen dos jóvenes proyectos de futuro como el marroquí El Zhar y el francés Ngog, que aún están ‘verdes’ para poder contagiarse de la competitividad extrema que se necesita para visitar con confianza un coliseo como el Santiago Bernabeu.