Casillas vuela hacia la historia

El guardameta, con sus paradas, fue el mejor jugador de un Madrid impotente





Corría el minuto 2 de la segunda parte del partido que enfrentaba a Sevilla y Real Madrid, un encuentro que dilucidaría si los hispalenses optarían a entrar, por derecho propio, en el duopolio de cabeza que lidera la competición. Negredo, otrora jugador madridista, se internaba en el área rival tras una cabalgada por la banda derecha con Albiol lamiéndole los talones. El habilidoso delantero centro pasa al área pequeña en donde Perotti, en una de las ocasión más claras de gol que sin duda volverá a disfrutar en su carrera profesional, sin marca y a dos metros de la línea de gol, remate a puerta pero Casillas, siempre Casillas, se cruza en su camino y salva un gol que ya cantaba toda la grada del Sánchez Pizjuán. Finalmente los sevillanos se llevarían el partido pero Iker había vuelto, una vez más, a entrar en la hstoria de este deporte con una parada imposible.

Casillas, que al final del encuentro se habría convertido en el mejor jugador de un equipo que se sintió perdido ante la intensidad de juego de los de Manolo Jiménez, volvió a completar un partido sublime, de esos que por la inercia de su equipo en ataque parecía le estaban haciendo olvidar, pero no, lo único a lo que esperaba era a la ocasión propicia, a un gran rival, a este Sevilla todoterreno. El de Móstoles ya había aparecido en varias ocasiones durante el encuentro, con ubicuidad divina, para detener los impotentes remates de los delanteros sevillanos, Luis Fabiano y Negredo, pero más áun ante un remate de Renato de cabeza desde la línea del área pequeña que el cancerbero volvió a sacar a córner nadie sabe muy bien cómo, quizá ni siquiera él mismo. Cuando parecía que no podría sorprendernos más, el guardameta madridista  nos volvió a dejar con la boca abierta volando muy alto (en la historia) para detener a ras de suelo la acometida de Perotti (en el partido).

Iker Casillas recogía hace pocos días el tofeo que le reconocía como Mejor Portero del Mundo del 2008 y en este mismo partido ante el Sevilla tuvo que contemplar impotente cómo se ponía fin a su racha de 434 minutos imbatido. Dicen que las estadísticas y los números poco importan si tu equipo no sonsigue sus objetivos. Es posible. Pero dentro de algunos años se seguirá hablando de las paradas imposibles de aquel pequeño portero del Real Madrid al que algunos con mucho acierto apodaron "el Santo".

Fotografía: realmadrid.com