Unos teloneros de lujo

Pellegrini ha sabido sacar provecho a unos jugadores que partían como secundarios





El caso de estos jugadores es un claro ejemplo de que en la plantilla madridista nadie tiene un puesto asegurado más allá de su rendimiento en el terreno de juego. Su actitud y trabajo diario, no exento de pequeñas pinceladas de fortuna en forma de lesiones, les ha permitido ganarse la confianza de un Manuel Pellegrini que ha demostrado estar dispuesto a no malgastar ni un ápice del talento que atesora esta amplia plantilla madridista.

El caso más destacado, por decisivo, sea quizá el de Marcelo. Si bien la situación del brasileño no se ajusta exactamente a la un jugador desahuciado del fútbol (el lateral ya venía gozando de la confianza de sus anteriores entrenadores en forma de titularidades), sí que es destacable el modo en que éste se ha convertido en una pieza clave del esquema de Pellegrini. Con su (re)reconversión a la posición de interior izquierdo, Marcelo ha dejado atrás las críticas sobre sus deficiencias defensivas y ahora sus apariciones y participaciones en el ataque del Real Madrid le han convertido en un jugador imprescindible ante la ausencia de interiores puros en la plantilla blanca. No en vano, Marcelo es ya el máximo asistente del equipo.

La reubicación de Marcelo abrió de par en par las puerta de la titularidad a Álvaro Arbeloa. El canterano, que venía con el título de 'chico para todo' por su capacidad para jugar en cualquier posición de la retaguardia blanca, partía como suplente, habida cuenta de que el lateral derecho era dominio exclusivo de Sergio Ramos y el izquierdo estaba reservado para Marcelo y Drenthe. La solvencia y seguridad aportada por el jugador salamantino a la defensa madridista le ha llevado a que ya nadie discuta su titularidad en la posición de '3'.

El caso de Van der Vaart es el más claro ejempleo de trabajo y suerte a partes iguales. El internacional holandés llegó hace un año como parche de urgencia ante la lesión de su compatriota Sneijder. Pese a participar en 32 encuentros ligueros la pasada campaña, su condición de carne de banquillo era evidente y en verano se trabajó, y mucho, para venderlo. Él se resistió a dejar el Madrid y ahora, cuando una inoportuna lesión de Kaká le ha permitido asomarse a la titularidad del equipo, amenaza con ponerle muy difícil a Pellegrini la elección de mediapunta madridista.


Poco queda por decir de Higuaín. El delantero argentino, que ya brillara la campaña pasada con goles decisivos durante la infructuosa caza de los de Juande Ramos sobre los de Guardiola, vio como el desembarco de jugadores con mucho más nombre internacional que él (Cristiano Ronaldo, Kaká y Benzema), amén de unos traspasos mucho más costosos que podían justificar por sí sólos la titularidad de éstos, podía relegarle a un segundo plano. 10 goles en Liga y 2 en 'Champions' después, el halcón Higuaín reina a sus anchas en el Bernabéu.

Por último, y no por ello menos importante, la aparición de Garay, una vez más forzada por las lesiones (de Pepe, en este caso) han llevado a la titularidad del Real Madrid a un joven defensa que venía con la experiencia cosechada en sus cuatro temporadas en el Racing de Santander pero que, en principio, llegaba para foguearse. Sus buenas actuaciones ante Valencia, Racing o Atlético de Madrid le están toda la confianza que necesita un joven de 23 años que se ve heredero (por seguridad defensiva, remate de cabeza y potencia en el disparo) del mismísimo Fernando Hierro.

En conjunto, un grupo de jugadores que han sabido conjugar perfectamente su trabajo con unas pequeñas dosis de suerte para demostrar así a su entrenador que están en el Real Madrid como primeras figuras de la "superproducción" blanca y no sólo como meros comparsas ni teloneros. Eso sí, de lujo.