Con la baja de Lass Diarrá, el entrenador luso decidió darle el mando de su objetivo primordial, cortocircuitar el centro del campo azulgrana, a su compatriota Pepe. Y éste no le defraudó. De hecho, fue el mejor jugador del Real Madrid en el partido. Su presencia física en el medio fue descomunal. Estuvo arriba, abajo, presionando, intentando jugar y siempre con sus pulmones a pleno rendimiento para ayudar a Xabi Alonso y Khedira, los habituales centrocampistas blancos.
Pepe no se arrugó en ningún momento. Se jugó la tarjeta en varias situaciones pero siempre con la pelota de por medio. Noble en sus acciones, el mediocentro blanco sorprendió a propios y extraños por algunos de sus pases en largo, con mayor precisión de la esperada. Fue un muro infranqueable para el Barcelona y Messi apenas pudo rebasarle en el mano a mano. Fue un descubrimiento para el madridismo. No así para Mourinho. Tampoco para el propio jugador, acostumbrado a jugar en dicha posición en los partidos con su selección. Tras el buen rendimiento ofrecido parece claro que Mourinho volverá a repetir el miércoles con Pepe en el medio. El capitán general del Madrid tiene nombre y apellidos para estos grandes partidos que se avecinan: Képler Laveran Lima Ferreira, Pepe.
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