El tiempo le ha terminado dando la razón. Se ha consagrado con mucho esfuerzo y con un coraje digno de los mejores futbolistas del planeta. Su nivel, ahora, es de la élite mundial.
Zidane y Solari lo impulsaron
Tuvo su momento de dificultad, como todo crack, y tuvo que esperar a dar el salto de forma paulatina. Primero en el Deportivo de La Coruña, quedándose en el banquillo, y previamente llegando a debutar con el Real Madrid Castilla. Estaba enjaulado, era diminuto, pero al darle alas ha volado… y de lo lindo.
Se las dio Zinedine Zidane en un Real Madrid con Marcos Llorente y que tenía a Santiago Solari como referencia. El argentino, ahora como director de la Ciudad Real Madrid de Valdebebas, fue el primero que se atrevió a liberar al uruguayo.
El mediocentro luego destrozó todo el registro con el entrenador de Marsella. Le dio un rol in crescendo en la plantilla y se asentó tras un Galatasaray-Real Madrid en el que estaba la ‘cabeza’ del técnico en juego. La prueba en Estambul no pudo salir mejor. Y de esa silla ya no le levantó nadie. Ni el propio David Alaba experto en levantarlas. Fue intocable.
Solo un gol en el curso anterior
La temporada firmó unos números brillantes, pero se mostró encorsetado en banda. “El día que se atreva a disparar…”, decían en Valdebebas. Marcó un único gol: en la Supercopa de España ante el Barça de Xavi. Cierto es que valió medio título en Arabia Saudí, pero su potencial ofensivo estaba muy limitado. Dio un pase brillante en la final de la Champions League ante el Liverpool como su momento más crucial.
Esa limitación hizo que Ancelotti y Davide se pusieran manos a la obra en el stage de Estados Unidos. También hizo mucho Mina Bonino, desde su casa, siendo el mayor punto de apoyo del crack de Uruguay.
Todos le concienciaron acerca de dar el paso goleador y pasar al siguiente nivel: tiene potencial para tirar del carro a nivel anotador. Y no ha habido color. El jugador ha hecho caso y firma un inicio de curso pletórico.
Apuesta con Ancelotti
Tanto es así, incluso, que el mismísimo Carlo Ancelotti decidió jugarse el carné de entrenador en la capital. “Lo que me parecía raro el año pasado es que solo marcó un gol con el tiro que tiene. Le dije que si no era capaz de marcar al menos diez goles en una temporada tengo que romper mi carné e irme de pensión. Hoy marcó con la izquierda, que nunca le vi tirar con la izquierda (ríe); eso significa que está cogiendo confianza. ¿El mejor del mundo? Habrá que esperar un poco”, dijo en un post partido tras un gol de Fede Valverde.
Ancelotti se ha jugado su carné de entrenador y Valverde ha dado un paso adelante decisivo. Ha anotado 7 goles y está cerca de ganar esa apuesta que hizo con el técnico de Reggiolo. Fede vive un año fundamental para su carrera y en el que recuerda, de forma constante, el precio total de su fichaje. Es una ridiculez absoluta. La prueba perfecta del salto de calidad que ha dado el joven futbolista de apenas 24 años (de la generación del 1998)
Otra apuesta de futuro
Juni Calafat fue su gran valedor. Despuntando en Sudamérica, su mayor nicho de mercado, el jefe de los ojeadores del Real Madrid apuntó en rojo el nombre de Fede Valverde. El mediocentro costó 3,5 millones de euros y por ese montante se transformó en madridista. Ahora, de esa mísera cantidad, el valor del Pajarito se ha disparado. Se ha convertido en
El Halcón, más feroz que nunca y lo ha hecho colocándose en el TOP del fútbol mundial. Solo el tiempo dirá dónde está el techo de Fede Valverde y hasta dónde puede llegar en la estadística. El madridismo lo disfruta y sabe que tiene mediocentro para rato. Ya es de los mejores del mundo y ha vivido una auténtica transformación.
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