Luka Modric: ‘La cortina de humo’ que se convirtió en una leyenda del Real Madrid

Luka Modric ha logrado convertirse en el Real Madrid en toda una referencia del fútbol a nivel mundial.


Luka Modric

Luka Modric




Sus inicios en el Nk Zadar

Luka Modrić nació en la ciudad adriática de Zadar, el 9 de septiembre de 1985. En aquel momento, el país pertenecía a la Antigua Yugoslavia. Cuando era pequeño, él y su familia fueron desplazados durante la Guerra croata de Independencia, debiendo vivir en hoteles en compañía de otros refugiados. El abuelo de Luka Modrić y otros seis civiles ancianos fueron ejecutados por los rebeldes serbios en diciembre de 1991, lo cual marcó al pequeño Luka para siempre,​ en el asentamiento de Jasenice,​ y sus casas fueron totalmente quemadas y reducidas a carbón.

Tras el fin de la guerra, les fue devuelta su casa en el pueblo de Zaton Obrovacki, pero Modrić decidió permanecer en Zadar para jugar al fútbol, en el equipo de la ciudad: el NK Zadar. Su padre, quien trabajaba como técnico aeronáutico en el aeropuerto de esa ciudad, y su madre, una costurera, decidieron apostar por él pese a la modesta situación económica de la familia.​ Fue así como con 16 años, Modrić fichó por el Dinamo de Zagreb.

Su paso frustrado por el Dinamo de Zagreb

Luka Modric abandonó el NK Zadar a los 16 años para fichar por el Dinamo de Zagreb, en un traspaso en el que terminó siendo cedido en el equipo bosnio H.S.K. Zrinjski Mostar. Allí jugó su primer partido como profesional poco antes de cumplir los 18 años y terminó la temporada siendo nombrado el mejor jugador de la Liga Bosnia.

A pesar de este reconocimiento, el Dinamo de Zagreb volvió a cederle a un equipo de su Liga croata (la Prva HNL), al Inter Zapresic, con el que acabó segundo de la clasificación. Tras estas dos cesiones, el club de la capital croata contó con el croata en las cuatro siguientes temporadas y llegó al Tottenham en el año 2008 habiendo ganado tres Ligas, dos Copas de Croacia y una Supercopa, logrando igualar al que era, hasta ese momento, el fichaje más caro de la historia del club londinense, que fue el de Darren Bent por 16,5 millones de libras (unos 20 millones de euros).


El Dimamo de Zagreb jamás confió en él tras estas dos cesiones, y esto hizo que en el verano de 2008 fuera traspasado al Tottenham, donde estuvo hasta el año 2012. Además, hace siete años, Luka Modric reconocía ante la Fiscalía que el presidente del club croata en aquel momento, Zdravko Mamic, se apropió ilegalmente de un mínimo de 7 millones de euros en la operación de su transferencia al Tottenham, según informa el diario de su país, Jutarnji list.

"Estaba extraordinariamente feliz por irme al nuevo club y a la mejor liga de fútbol en el mundo y tenía una confianza ilimitada en Zdravko Mamic", declaró supuestamente Modric a la Fiscalía, a la que explicó que firmaba sin leer los documentos que su expresidente le presentaba.

La estrella del Real Madrid fue interrogada, según la prensa croata, por la Oficina de lucha contra la corrupción y la criminalidad organizada (USKOK) durante su estancia en Croacia para concentrarse con su selección de cara a los partidos clasificación para la Eurocopa de Francia del año 2016. La USKOK abrió en julio una investigación contra Mamic y su hermano Zoran, entrenador del Dinamo, por sospechas de corrupción y evasión fiscal.


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La Fiscalía consideraba que los hermanos Mamic causaron al club un perjuicio de 10 millones de euros y que ellos mismos se apropiaron de un mínimo 7 millones. La USKOK sospechaba que Mamic se sirvió de unos contratos secretos, separados del contrato principal del traspaso de Modric, para apropiarse ilegalmente de la mitad del dinero que el Tottenham pagó al Dinamo por el jugador.

Según señalaba ese anexo, la mitad de lo pagado por el club inglés no se destinaban al Dinamo sino al jugador mismo, una cantidad a la que Modric renunció en otro documento secreto. Jutarnji list aseguraba en su momento que Modric confirmó a los fiscales que entregó a Mamic y a su familia dinero que el Tottenham le transfería. "Hacía cómo me instruían. Sacaba el dinero y se lo entregaba en efectivo a ellos", habría confirmado el capitán de la selección de Croacia.

La Fiscalía sospechaba, además, que Mamic se aprovechó ilegalmente del dinero obtenido del traspaso de, al menos, otros dos exjugadores del Dinamo, club que se financia por fondos públicos. Los hermanos Mamic fueron detenidos en julio, pero fueron puestos en libertad tan solo unos meses más tarde, tras pagar una fianza de 1,5 millones de euros.

Su llegada al Real Madrid

Luka Modric ha logrado convertirse en el Real Madrid en toda una referencia del fútbol a nivel mundial. En sus once temporadas como madridista, el jugador croata lo ha ganado absolutamente todo y se ha convertido en una de las mayores leyendas del madridismo. Además, a pesar de su edad (en septiembre cumplirá los 38 años), ha seguido demostrando durante toda esta temporada que aún le queda gasolina y mucho fútbol en sus botas para seguir comandando el centro del campo más exigente del mundo.

No solo es reconocido y querido por la afición madridista, sino por las de todo el mundo. Solo hay que ver cómo se despiden las aficiones rivales del centrocampista de Zadar cuando sale del terreno de juego para ser sustituido o cuando es él el que va a entrar al campo. Tanto en los campos de la Liga española como de la Champions, Luka Modric siempre es ovacionado. Un jugador único y mágico, que solo se dedica a jugar al fútbol y a deslumbrarnos con su impresionante talento.


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Luka Modric llegó al Real Madrid en el verano de 2012 procedente del Tottenham, donde estuvo jugando cuatro temporadas (2008-2012). El club blanco pagó a los londinenses unos 40 millones de euros por su fichaje. Unos 40 millones que, a la postre, se han demostrado que fueron una auténtica ‘ganga’.

El exfutbolista del conjunto inglés comenzó su andadura en Chamartín con el número 19, ya que el 10, en ese momento, lo lucía Mesut Ozil. Y fue su dorsal en el cuadro merengue hasta la temporada 2017/2018, que fue ya cuando pudo vestir el número 10, que es el que sigue defendiendo en el equipo.

El croata debutó oficialmente con el equipo entrenado por aquel entonces por José Mourinho, en la vuelta de la final de la Supercopa de España contra el Fútbol Club Barcelona. Tras el 3-2 de la ida en el Camp Nou que sacó como pequeña ventaja el conjunto azulgrana, Modric entró en la segunda parte, a falta de poco más de diez minutos para que acabase el partido, con 2-1 en el marcador a favor de los madridistas (que daba el título a los blancos), sustituyendo a Mesut Ozil.

El ex del Tottenham estuvo a punto de cerrar la final con una oportunidad para hacer el 3-1. Finalmente, tras un disparo de Messi desde fuera del área, que hizo meter el miedo en el cuerpo a todo el Bernabéu, el partido llegó a su fin y el Real Madrid lograría la novena Supercopa de España de su historia ante su máximo rival, al que meses antes le arrebató también la Liga, después de tres años consecutivos en los que el equipo de Pep Guardiola las conquistó todas. Y Luka Modric levantaría su primer título como madridista. Sería el comienzo de una historia preciosa entre el de Zadar y el Real Madrid.

Sus difíciles comienzos en el equipo

Luka Modric llegó al Real Madrid de la mano de José Mourinho. Fue el entrenador portugués el que le pidió a Florentino el fichaje del centrocampista del Tottenham. El presidente madridista, que no lo conocía de nada, decidió fiarse de él y contrató al jugador croata en el verano de 2012. El actual técnico de la Roma ya avisó en su momento cuando el ‘10’, en ese momento el ‘19’, aterrizó en la Castellana.: “La calidad de Modric enamorará a Bernabéu”. Y vaya que sí.

A pesar de lo que significa actualmente Luka Modric en el Real Madrid, sus comienzos en Concha Espina no fueron para nada sencillos. El croata, que aterrizó en el Bernabéu a finales del mercado de verano y después de que los de José Mourinho no lograran la victoria en los dos primeros partidos de Liga, fue muy criticado por la prensa tras jugar sus primeros partidos con el equipo.


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Sus primeros meses en el Real Madrid fueron tremendamente complicados y no consiguió hacerse con la titularidad. De hecho, tras haber finalizado la primera vuelta de la Liga, el diario MARCA sacó a la luz una noticia en la que le preguntaron a los usuarios del periódico quién había sido el mejor y el peor fichaje de la Liga hasta ese momento. Y los resultados dieron como mejor fichaje a Jordi Alba, que llegó también ese verano al Barça del Valencia, y el peor fue el de Luka Modric.

No obstante, el medio que más hizo el ridículo tras la llegada de Luka Modric al Real Madrid fue, sin duda el diario Sport. Seguro que tú, querido lector, ya sabes de qué estamos hablando. Sin duda alguna hablamos de la portada que sacó el medio catalán, en la que salían Modric, Florentino y Mourinho con el título bien en grande de “40 millones para tapar vergüenzas”. Y arriba del todo, “Modric, una cortina de humo”. “El Madrid adelanta el fichaje tras su KO en Getafe. Pagó más de lo previsto para cerrar la operación. Florentino no lo quería por ser un ‘capricho’ de Mou. Su apodo es ‘el Cruyff de los Balcanes’. Una portada que, años más tarde, ha recordado el madridismo siempre. Y es que no hace falta volver a mencionar la institución que es Luka Modric en el Real Madrid. Además, días anteriores, dedicó una portada a Alex Song, que acaba de firmar ese mismo verano por el Barça, procedente del Arsenal: “Crack Song”, titulaba, cuando el futbolista camerunés no hizo nada relevante en Barcelona.

Su consagración tras el partido de Old Trafford

La historia de Luka Modric en el Real Madrid comenzó a forjarse en el partido de vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones frente al Mancehster United, en Old Trafford. El encuentro de ida en el Santiago Bernabéu terminó en empate a uno, con goles de Welbeck para los ‘red devils’ y de Cristiano Ronaldo para los blancos.

En el Teatro de los Sueños, el croata comenzó el duelo como suplente. Al descanso se llegó con empate a cero. Y ya en la segunda mitad, el United daría el primer golpe con un gol en propia puerta de Sergio Ramos. Los de Mourinho necesitaban un gol para igualar la eliminatoria y dos para lograr el pase a cuartos. Fue entonces cuando emergió la figura del ‘Cruyff de los Balcanes’. Luka Modric entró en el terreno de juego, en el minuto 59, para sustituir a Álvaro Arbeloa. Y tan solo seis minutos después, el ex del Tottenham empataría el encuentro y la eliminatoria con un tremendo disparo desde fuera del área que primero dio en el palo y luego acabaría en las redes de la portería defendida por David De Gea. Un tanto que hizo silenciar Old Trafford y que hizo que el Madrid mejorara y se metiera otra vez en el partido.


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Tres minutos después del golazo de Luka Modric, el hijo pródigo del Manchester United y de Sir Alex Ferguson, Cristiano Ronaldo, anotaría el 1-2 tras un gran pase de Gonzalo Higuaín. El portugués no lo celebró por respeto a una afición que una vez fue la suya y a la que tantas alegrías le dio en el pasado.

No solo fue por el gol que lo volvería a igualar todo, fue, además, por la gran personalidad que demostró Luka Modric en un escenario tan apretado, con el mercador en contra y ante todo un campeón de Inglaterra como era, por aquel entonces, el Manchester United. El croata manejó los tiempos del partido y resultó clave para que el equipo volviese a disputar los cuartos de final de la Champions. Tras el partido de Old Trafford, el ‘19’ del conjunto blanco se convertiría en un indiscutible para el Real Madrid para siempre. Aquel encuentro marcó, sin duda, un antes y un después en la carrera de Modric en el conjunto madridista.

La Décima: su primera Champions

Tras doce largos años de sequía, el Real Madrid volvía a proclamarse rey de Europa gracias, en gran parte, a la magia y el talento de Luka Modric en el centro del campo. Un centro del campo que fue verdaderamente clave para que los de Carlo Ancelotti volvieran a ganar la Champions. Al croata lo acompañaron un imperial Ángel Di María y un como siempre líder Xabi Alonso (aunque el de Tolosa tuvo la mala suerte de no disputar la gran final de Lisboa).

El camino del equipo merengue a conquistar su décima Copa de Europa no fue nada fácil. En a fase de grupos, se midieron al Galatasary, Copenhague y Juventus de Turín. El Madrid terminaría primero con 16 puntos de 18 posibles, logrando cinco victorias y un empate.

En octavos, caería el Schalke 04. Los de Ancelotti no tuvieron problemas para eliminar a los alemanes. La ida disputada como visitante, los madridistas pasaron la apisonadora y golearon 1-6, con doblete de Karim Benzema, otro de Gareth Bale y otro de Cristiano Ronaldo. La famosa ‘BBC’ hacía temblar a toda Europa. En el encuentro de vuelta, con un Madrid plagado de suplentes y donde se lesionó de gravedad Jesé Rodríguez (rotura del ligamento cruzado), el equipo volvió a ganar por 3-1, con otro doblete del máximo goleador histórico del Real Madrid y otro tanto de Álvaro Morata.


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En cuartos, el Real Madrid se enfrentaría al que fue su verdugo el año anterior: el Borussia Dortmund, que echó a los blancos de las semifinales de la Champions y luego perdieron la final en Wembley frente al Bayern de Munich.

Luka Modric y compañía conseguirían vengarse en esta nueva eliminatoria. El equipo ganó el primer partido en el Santiago Bernabéu por un contundente 3-0. Un resultado que parecía dejar prácticamente resuelta la clasificación a la siguiente ronda. Sin embargo, la vuelta en el Signal Idunal Park fue un auténtico infierno para los de Carlo Ancelotti. Los alemanes fueron muy superiores y estuvieron a punto de darle la vuelta al irse con un 2-0 a favor al descanso. No obstante, los madridistas consiguieron resistir el aluvión del Dortmund y la presión de su hinchada, aguantando el resultado de 2-0 y lograría el pase a semifinales.

Para lograr el pase a la gran final, el Real Madrid tendría que superar el muro más grande: en ‘semis’, los blancos de medirían al campeón de Europa el año anterior, el Bayern de Munich. Un Bayern de Munich que, además de haber ganado la Liga de Campeones el curso pasado, ganó también la Bundesliga y la Copa de Alemania con Jupp Heynches. Y, además, había contratado a Pep Guardiola como nuevo entrenador tras el paso del catalán por el Fútbol Club Barcelona. Un equipo que se había reforzado con el fichaje del extécnico culé y con jugadores como Mario Gotze.

Tras el emparejamiento que cruzó a Real Madrid y Bayern de Munich, todo el mundo del fútbol fue unánime: los bávaros destrozarían a los madridistas. Sin embargo, la historia acabó siendo otra muy distinta. Los blancos ganaron la ida en el Bernabéu 1-0 gracias a un gol de Karim Benzema en la primera parte. Y en la vuelta, en un Allianz Arena donde no cabía un alfiler y un partido que días antes había calentado de gran manera la leyenda germana Rummeniegue, diciendo que en Alemania “arderían los árboles”, el Madrid volvió a dar un puñetazo encima de la mesa. Los blancos golearon 0-4 en Munich y se clasificaron para la gran final de la Champions tras doce años de espera. En la final, esperaba el Atlético de Madrid, que se cargó al Chelsea de José Mourinho en semifinales.

La final del 24 de mayo de 2014 ha podido ser la más agónica de la historia del Real Madrid. Y si no, está en el top-3. Una final de Copa de Europa entre dos equipos de la misma ciudad, algo que jamás había pasado en la historia de la competición. El Atlético buscaba la primera. El Madrid, la décima. Los colchoneros comenzaron mandando en el marcador tras un gol de Godín que vino precedido de un tremendo fallo de Iker Casillas. Con el 0-1 se llegó al descanso.


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La segunda parte fue un monólogo absoluto del Real Madrid, pero el premio del gol no llegaba. Los blancos crearon muchísimas ocasiones, pero los atléticos se defendían muy bien atrás. Todo parecía perdido… hasta que llegó el minuto 93. A la salida de un saque de esquina botado por Luka Modric, Sergio Ramos, con un excelente remate de cabeza, empataba el partido y mandaba la final a la prórroga. Los madridistas estaban eufóricos y el Cholo Simeone y los suyos no se lo podían creer.

Ya en los 30 minutos extra, el Real Madrid arrasó y consiguió marcar tres goles más en la segunda parte: Gareth Bale, Marcelo y Cristiano Ronaldo de penalti, acabarían con el sueño del Atlético de Madrid y daría la décima Copa de Europa a las vitrinas del Santiago Bernabéu, tras doce años de larga espera. Y Luka Modric, conquistaría su primera ‘orejona’ como profesional y como madridista, en tan solo dos temporadas en el club. La tiranía de este equipo, que lograría levantar otras cuatro Ligas de Campeones en ocho años, había dado comienzo.

Mundial de Rusia 2018

La Copa del Mundo del año 2018, celebrada en Rusia, fue la segunda que disputaría Luka Modric con la selección de Croacia, tras haber disputado la de cuatro años antes en Brasil. Los croatas, que no contaban en las casas de apuestas para nadie, acabarían llegando a la gran final. Por el camino dejaron a Nigeria, Argentina e Islandia en la fase de grupos (terminarían primeros), en octavos eliminaron a Dinamarca en los penaltis, en cuartos a Rusia (la anfitriona) también en los penaltis y en semifinales a Inglaterra en la prórroga. El conjunto dirigido por el seleccionador Zlatko Dalić llegó a la gran final del Mundial contra todo pronóstico, tras haber disputado tres prórrogas. Luka Modric fue verdaderamente clave en este éxito, comandando a su selección en el centro del campo en todos y cada uno de los partidos hasta llegar a la final.


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En la final les tocaría enfrentarse a la Francia de Kylian Mbappé, quien fue elegido como el mejor jugador joven del campeonato. Desgraciadamente para los croatas, los franceses fueron muy superiores y se acabarían llevando el partido. 4-2 fue el resultado final con goles de Mandzukic en propia puerta, Griezmann, Pogba y Mbappé para los de Didider Dechamps. Y por parte de Croacia, marcarían Ivan Perisic y Mario Mandzukic.

A pesar de la derrota, Luka Modric fue reconocido como el MVP del torneo mundialista y, al día siguiente, hubo una gran fiesta en todo el país por haber logrado el histórico subcampeonato. Los 23 jugadores que fueron a Rusia y el entrenador, Zlatko Dalic, fueron recibidos como auténticos héroes nacionales.

Balón de Oro 2018

La Liga de Campeones que conquistó con el Real Madrid (la cuarta en su carrera como madridista) y el histórico subcampeonato del mundo logrado con Croacia en el Mundial de Rusia, hizo que France Football le entregara a Luka Modric el Balón de Oro 2018, sucediendo en el trono a su ya excompañero Cristiano Ronaldo, que se marchó a la Juventus ese mismo verano.

El ’10’ del Real Madrid y de Croacia comandó tanto a su equipo como a su selección a los éxitos de aquel año. Con la consagración de Modric como nuevo rey del fútbol mundial, se convertía en el séptimo jugador del club blanco en ganar el Balón de Oro, tras Alfredo Di Stéfano, Raymond Kopa, Luis Figo, Ronaldo Nazario, Fabio Cannavaro y Cristiano Ronaldo. Y también logró romper con la hegemonía de Cristiano Ronaldo y Leo Messi, que llevaban diez años seguidos conquistando el galardón individual más importante del mundo del fútbol (cinco para el portugués y cinco para el argentino).


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Mundial de Qatar 2022

El Mundial de Qatar 2022, que fue el primero en ser celebrado en Oriente Medio y en los meses de noviembre y diciembre, debido a las altísimas temperaturas del país en verano, fue el tercero de la carrera de Luka Modric. En el primero de 2014, los croatas no superaron la fase de grupos, mientras que en el de 2018, consiguieron llegar a la final contra Francia.

En esta Copa del Mundo tan diferente a todas las anteriores, Croacia volvería a hacer historia llegando hasta las semifinales. En la fase de grupos, quedaron segundos en un grupo que se pudo considerar como el de la muerte: estaba conformado por Croacia, Bélgica, Canadá y Marruecos, que sería el que acabaría líder.

En octavos de final se cargarían a Japón. Y en cuartos de final, dieron la sorpresa eliminando a la gran favorita por todos para alzarse con la copa: la Brasil de Tite. Luka Modric y los suyos lograron el pase a unas nuevas semifinales tras batir a los brasileños desde la tanda de penaltis, después de que, en los 120 minutos previos, el partido acabase 1-1.


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En semifinales, su verdugo sería la Argentina de Leo Messi y Scaloni, que le acabaría ganando la final a la Francia de Mbappé y Dechamps. El resultado sería un contundente 3-0 y el sueño de los croatas llegaría a su fin.

Sin embargo, en el partido por el tercer y cuarto puesto, los subcampeones del mundo ganarían a la gran revelación del Mundial, Marruecos, por 2-1. Luka Modric, nuevamente, se subía al podo de una Copa del Mundo. Esta vez, como tercer clasificado.

La Guerra de los Balcanes le arruinó la infancia

Como hemos comentado, Luka Modric ha sido uno de los grandes fichajes y uno de los grandes jugadores de la historia del Real Madrid. El croata se ha convertido en leyenda en el Santiago Bernabéu, en estos gloriosos once años donde ha defendido los colores madridistas.

Ha ganado un sinfín de títulos, destacando, como no, las cinco Copas de Europa que conquistó en los años 2014, 2016, 2017, 2018 y 2022. Además, a sus casi 38 años, sigue siendo una pieza clave en el equipo merengue. Y todo hace indicar que lo seguirá siendo durante, al menos, una temporada más.

Sin embargo, su camino al éxito fue muy duro y arduo. Hasta que se convirtió en futbolista de élite, el '10' madridista tuvo que soportar momentos muy complicados y cosas por las que no todo el mundo es capaz de salir adelante.

Luka Modric, como señalamos al principio de esta biografía, nació el 9 de septiembre de 1985 en Zadar, Croacia, cuando el país aún pertenecía a la Antigua Yugoslavia. El centrocampista vivía en una pequeña aldea a la cual daba nombre su apellido. Sin embargo, en 1990 estalló la famosa Guerra de los Balcanes, por lo que Modric tuvo que presenciar un terrible conflicto bélico durante sus años de infancia.

Su familia huyó de la guerra y se trasladó al Hotel Kolovare, donde comenzó a jugar al fútbol con otros niños. Su talento no pasó desapercibido para los empleados del hotel que se pusieron en contacto con el NK Zadar para que le ficharan. No obstante, el pequeño niño croata vio cómo mataban a su abuelo a causa del conflicto que asomaba a su país. Un trágico hecho que lo marcó de por vida.


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"Luka vio con sus propios ojos cómo mataban a su abuelo. No tuvieron otra opción que huir a Zadar para no ser asesinados a través de los bosques y las montañas", comentaba en una entrevista el director deportivo del NK Zadar Josip Bajlo.

"Él cogía el balón y hacia malabares que hacían chicos de 20 años, él tenía 7 u 8", recuerda Svetko Custic, el presidente de la entidad. La barbarie del tremendo conflicto bélico que acechó a su país durante los inicios de la década de los 90, también acechó muy de cerca de Zadar, pero no impidió que Modric siguiera jugando al fútbol en un camino que le llevaría a la gloria y a ser un orgullo en el club en el que se formó y en todo su país.

"Ha habido obstáculos en su vida, siempre los ha superado. Eso demuestra lo grande que es", comenta el que fuera su entrenador, Robert Botunac. "Juega para el Real Madrid, es el capitán de Croacia… ¿Qué más se puede pedir?", pregunta su excompañero Tomo Gluic. "Es el mejor jugador croata de la historia", concluía el presidente del NK Zadar.

Él nunca se rindió y siguió jugando al fútbol en Zadar para lograr cumplir su sueño y sacar a su familia adelante. Y el resto de la historia ya la conoce todo el mundo... Luka Modric llegó a Premier League en el año 2008 para jugar en las filas del Tottenham, donde estuvo hasta 2012. En ese verano, firmó por el Real Madrid y ahí es donde comenzó su historia hasta convertirse en la leyenda que es hoy en día.

Un jugador que ha sido Balón de Oro, pentacampeón de la Champions y ha llevado a Croacia a disputar una final de Copa del Mundo. Luka Modric es leyenda del fútbol y del Real Madrid; pero, sobre todo, es un ejemplo de vida y un espejo en que mirarse.

Su familia

La madre de Luka Modric, Radojka Modric, fue trabajadora textil y su padre, Stipe Modric, era mecánico militar y trabajaba reparando vehículos para soldados croatas durante la guerra. En aquel entonces, el pequeño Luka se crio en una familia de refugiados que tuvieron que huir de los agresores serbios durante la guerra de Bosnia.

Su esposa, Vanja Bosnic, nació en Croacia el 18 de julio de 1982. La pareja se conoció en 2007 cuando ella trabajaba en la agencia deportiva Mamic, la agencia de representación del futbolista, que en ese momento tenía 19 años y estaba empezando su vida deportiva en el Dimamo de Zagreb. El jugador de la selección croata y del Real Madrid empezaba a despuntar en el conjunto croata y justo, meses más tarde, fue traspasado al Tottenham. Mientras se realizaba esta operación, surgió el amor a primera vista, y la pareja empezó un noviazgo de tres años para, finalmente, casarse en el año 2010.


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Tras quince años de relación, la pareja ha formado una preciosa y numerosa familia con tres hijos en común: el 6 de junio de 2010 tuvieron a Ivano, su primer hijo, en abril de 2013 nació Ema y en 2017 nació Sofía.

Cuando Luka puso rumbo a Londres, Vanja lo acompañó, dejando de lado el que hasta entonces era su trabajo. Así se convirtió en su representante (desde entonces es agente profesional con licencia de la FIFA). De hecho, ella fue la encargada de que su marido por el Real Madrid en aquel verano de 2012.

Además, Vanja es una persona muy alegre y extrovertida, y mantiene una excelente relación con las novias y esposas de muchos de los compañeros de su marido, como Macarena Rodríguez (la esposa de Lucas Vázquez), y ex- compañeros como Pilar Rubio y Sergio Ramos o Marcelo y Clarice Alves.

No le gusta nada comentar y compartir cosas acerca de su vida privada. Vanja apenas realiza publicaciones en redes sociales ni hace muchas apariciones públicas, más allá de los partidos importantes del Real Madrid o títulos que pueda ganar el equipo, como fue la conquista de la última Liga de Campeones en el Stade de France de hace justo un año.

Su curiosa relación con su compañero Rodrygo Goes

Si hay un padre en el madridismo y en el vestuario del Real Madrid ese es Luka Modric. El croata hace la función de padre para todos: los cuida, los protege, les enseña y les aconseja. Nunca les dejará solos. Él siempre será el escudero más fiel, con el que jamás un compañero de equipo había podido generar tanta expectación.

Su compromiso con el escudo y la camiseta es máximo. A sus casi 38 años, está disfrutando de todavía una gran versión. Solo hay que ver lo fundamental que ha vuelto a ser para el equipo esta temporada. El croata está viviendo, desde hace tiempo, una segunda juventud. Y es que su fútbol parece que juega al ritmo de un chaval que acaba de empezar en esto del fútbol, y también lo hace con la misma pasión, ganas e ilusión.

Pero si miramos a su alrededor en el vestuario, descubriremos que esa sensación es la que tienen, posiblemente, muchos de sus compañeros. La política de fichajes del club cambió hace unos cuantos años. Y ahora, la mayoría de los componentes que conforman la plantilla no superan los 25 años. Una media increíble para un equipo ganador de primer nivel, que combina la experiencia de jugadores como el propio Modric, Kroos, Benzema, Courtois o Carvajal, con el talento y la juventud de futbolistas como Vinicius, Rodrygo, Camavinga, Tchouaméni, Valverde o Ceballos.


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Ante cualquier balón comprometido, Modric está ahí para resolverlo. Capacidad para dar salida, un respiro en el juego, un centro al área o un pase de gol. Prestaciones para lo que hagan falta: no escasea. Si alguien que lo tiene muy aprendido, además de sus compañeros en la medular como Kroos o Modric, ese es Rodrygo.

El extremo brasileño ha sorprendido a todos desde su llegada y puede seguir rompiéndola todo lo que quiera, ya que su fútbol tiene enamorado a todo el Santiago Bernabéu. Su capacidad de reacción, el perfil de revulsivo que tiene, o los balones que le pone al futbolista balcánico, no son ni mucho menos casualidad.

Es habitual que en el vestuario el miembro más veterano se encargue de cuidar al más joven. La relación con Rodrygo fue impoluto desde su llegada. Su implicación, sus ganas de aportar al equipo, enamoraron al croata y este se encargó de cuidarlo y que no le faltase de nada .Este vínculo caló fuerte y ,muchos de sus compañeros, se refieren a ellos como padre e hijo. Pero esto no es baladí. Las relaciones en el Real Madrid van más allá de los entrenamientos o los días de partido. La comunidad que se ha creado con este equipo es total.

Rodrygo y Modric han compartido muchos momentos: conversaciones, cenas, momentos entre ambas familias… La cosa ha llegado tan lejos que hasta, el padre del brasileño, el Sr. Goes, se lleva a las mil maravillas con el mejor mediocentro del mundo. Además, entre ellos hay mucho ‘cachondeo’, ya que Modric tiene la misma edad que el padre de Rodrygo, y esa es la razón por la que el ex del Sao Paulo considera a su compañero como un padre.

Hablan de todo. Se dan consejos, se buscan en el estadio cuando marcan goles. Una conexión especial para demostrar lo que realmente se vive de puertas hacia adentro en este club. Todos tienen claro que el atacante blanco será una pieza clave en el futuro proyecto madridista. Con su renovación cerrada hasta 2028, el carioca estaría vinculado hasta sus 27 años, de los 21 que tiene ahora. Prácticamente toda su carrera deportiva dedicada a este escudo y a esta camiseta.

Con el asesoramiento del “10” y el beneplácito de su padre, lo tiene todo para triunfar. Veremos cómo arranca la temporada que viene. Podría tener un papel aún más relevante que el de este año, tras su explosión. En este curso, el brasileño ha conseguido marcar 19 goles y repartir 12 asistencias. Es el hombre gol de la Champions (casi la mitad de sus goles con el Real Madrid han sido en la máxima competición continental) y ha derrumbado la puerta para ser un jugador respetado. Por ahora, tiene el apoyo incondicional de Luka Modric, quien se ha convertido en su mentor. Una sociedad increíble. Todavía resuena el gol de la remontada del Chelsea: pase con el exterior del más longevo y tremendo remate de la estrella emergente. A seguir soñando en grande con esta dupla.