Entre Pelayo y el árbitro ahogan al Castilla

Real Oviedo 2-1 RM.Castilla





El Castilla tenía hoy ante sí uno de los duelos a priori más interesantes de la temporada en Oviedo. Y es que además de la necesidad de seguir aproximándose a los puestos de arriba después de haber sumado siete de los últimos nueve puntos en juego y de la entidad del rival –un Oviedo en puestos de ascenso-, el primer filial blanco jugaba en un marco incomparable: el Nuevo Carlos Tartiere con capacidad para nada menos que 30.000 espectadores y que hoy presentaba un aspecto envidiable con casi la mitad de las butacas ocupadas. Desde la Casa Blanca se confiaba en que este escenario era el ideal para unos jugadores blancos que se crecían en situaciones complicadas, pero lo cierto es que fue el Oviedo el que llevó el peso del partido durante una primera mitad que resultó decisiva en el resultado final.

Adán evitó una goleada mayor en una mala primera parte de los blancos

De hecho, si no llega a ser por Adán, el Castilla muy probablemente se hubiera marchado al descanso con un saco de goles. Y es que el guardameta blanco sacó hasta cuatro disparos francos por parte de los locales, tres de los cuales fueron realmente de mérito: uno a un cañonazo de Curro desde dentro del área en el minuto veinte; otro a Perona desde dentro del área que fue capaz de despejar al palo de su portería en el treinta y siete; y otro al propio Perona después de un tirazo desde dentro del área tras una gran triangulación por parte del cuadro asturiano. Eso sí, a pesar de estas paradas, el filial blanco no pudo evitar que el Oviedo se marchara con dos goles de ventaja a la caseta.

En el minuto doce llegó el primer puñetazo de los azulones al conjunto madridista, y ahí el portero blanco no pudo hacer nada ante la incomprensible decisión del árbitro de dar por válido un gol que llegó precedido de una falta al propio Adán. Manu Busto sacó una falta desde la esquina izquierda del área merengue y, cuando el meta blanco había blocado el balón, fue arrollado literalmente por Pelayo. El cuero salió despedido hacia la portería visitante y el trencilla decidió dar por válido un gol que sin duda condicionó el partido al haber llegado en el primer cuarto de hora de encuentro. A partir de ahí, con un gol a su favor, el Oviedo mantuvo la tranquilidad y se asentó muy bien sobre el césped, dominando el cuero y el tempo del partido. Y es que al Castilla le costaba primero robar el esférico, y luego generar su fútbol. De hecho, en toda la primera mitad, sólo pareció estar cómodo en una franja de apenas diez minutos, los que van del veinticinco al treinta y cinco, donde sumó como ocasiones un tiro lejano de Mosquera y otro disparo de Cristian que se estrelló en un defensa. Y fue precisamente ahí, tras la oportunidad de Cristian, cuando Pelayo marcó de nuevo para el Oviedo al saque de un córner, lo que cortó casi definitivamente las alas a los chicos de Alejandro Menéndez.


-          La ficha:

2 - Oviedo: Aulestia; Rubén González, Gonzalo, Jorge Rodríguez, Javi Barral; Xavi Moré (Invernón 78’), Pelayo (Mario Prieto 85’), Rubén García, Curro; Perona (Miguel 87’) y Manu Busto.

1 - RM.Castilla: Adán; Nacho (Vázquez 82’), Gary, Mateos, Marcos Alonso; Juanfran, Cordero, Mosquera, Juan Carlos (Rubén Ramos 76’); Cristian (Sarabia 60’) y Rodrigo.

Goles: 1-0, Pelayo (12’); 2-0, Pelayo (42’); 2-1, Mateos (80’).

Árbitro: Zarrabeitia Arrieta (Comité Vasco). Amonestó a Manu Busto (49’), Invernón (85’), Mosquera (86’).

Incidencias: Estadio Carlos Tartiere. Media entrada.

El árbitro no quiso expulsar a Manu Busto en el cuarenta y ocho

El técnico blanco trató de revolucionar el partido dando entrada a Sarabia nada más comenzar la segunda mitad y dejando a Juan Carlos como delantero junto a Rodrigo. Y sea como fuere, lo cierto es que el Castilla tuvo mucho más presencia tras la reanudación. Tuvo más el balón en sus pies e incluso llegó a tirar a puerta hasta tres veces en esos primeros veinte minutos, más de lo que había hecho en la primera mitad. Y seguramente hubiera hecho aún más si de nuevo el trencilla no hubiera hecho la vista gorda y hubiera expulsado a Manu Busto en el cuarenta y ocho. El jugador del Oviedo, sin estar el balón por medio, le dio una patada a Nacho y posteriormente le golpeó en la cara ante la mirada de Zarrabeitia Arrieta, que quizá porque un Nacho muy señor no se tiró y empezó a revolcarse por el suelo, obvió la acción y ni le amonestó.

A pesar de que el Oviedo siguió con once, lo cierto es que fue claramente inferior a un Castilla que por fin vio recompensado su dominio con un gol de Mateos al saque de una falta. El central blanco pegó al balón desde el balcón del área con una fuerza suficiente como para que Aulestia fuera incapaz de detener el cuero a pesar de que salió por el centro. Lo único malo de este tanto es que llegó quizá demasiado tarde: en el minuto ochenta. Menéndez echó el resto de inmediato y sacó a Nacho del campo para meter a otro atacante, Vázquez, y a punto estuvo de salirle bien la jugada. Porque el Castilla encerró al Oviedo en los últimos compases y, de hecho, Rubén Ramos llegó a rematar al palo y a Sarabia le sacaron un balón de debajo de la portería en el descuento. Sin embargo, aunque los locales terminaron pidiendo la hora, no se pudo dar la vuelta ya al marcador y finalmente el Castilla se marchó con cero puntos de Asturias, aunque bien hubiera merecido por lo menos uno tras lo visto.

FOTOS: archivo realmadrid.com