De cara a la Copa del Mundo de Sudáfrica, la FIFA estableció estas cantidades para repartir entre las selecciones participantes en el torneo, que, además, han percibido en cada uno de los casos 800.000 euros como contribución para los gastos de preparación de la competición. Mientras el campeón va a percibir 23,8 millones de euros, el subcampeón ingresará diecinueve y los dos restantes semifinalistas, Uruguay y Alemania, 15,8 millones.
El resto de las cantidades se escalonan en función de los restantes niveles competitivos alcanzados: cuartos de final, octavos y fase previa, por la que corresponden 4,8 millones de euros a cada uno de los dieciséis equipos que quedaron fuera del torneo en primera ronda de la competición. Además, la FIFA ha determinado para este mundial un reparto de 31,7 millones de euros entre todos los clubes cuyos jugadores han tomado parte en el Mundial en concepto de su participación y con el objetivo de compensar la cesión de futbolista para la Copa. Estas cantidades se reparten en función de número de futbolistas por día y club y también del número de días de presencia en el Mundial de cada jugador en la que se contemplan todos los detalles como la posibilidad de que un jugador cambie de equipo mientras se disputa el Mundial.
Las cifras se incrementan casi un 40% respecto a Alemania 2006
Los premios en metálico concedidos por la FIFA a las selecciones participantes se han multiplicado por más de diez, ya que en el Mundial de 1982, en España, se repartieron 42 millones de francos suizos (31,8 millones de euros al cambio actual) y los 420 millones de dólares del actual torneo suponen 456 millones de francos suizos (333 millones de euros).
La cifra del reparto fijado en este Mundial incrementa casi en un cuarenta por ciento la del torneo que se disputó hace cuatro años en Alemania, ya que frente a los 333 millones de euros de ahora en 2006 se pagaron 237. Antes del Mundial se celebró el Congreso de la FIFA en Johannesburgo y tras la situación de beneficio económico alcanzado en el año 2009, se decidió repartir 52 millones de dólares entre las 208 asociaciones afiliadas a la FIFA, a razón de 250.000 dólares por federación.
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