El clásico está a la vuelta de la esquina, pero antes el Real Madrid tendrá que tener sus cinco sentidos puestos en la sede la UEFA donde mañana se decide el último rival antes de la final de la Champions en Cardiff. El campeón de Europa espera conocer a su rival que saldrá o bien de Mónaco, Atlético de Madrid o Juventus.
Y precisamente a estos últimos es a los que Zinedine Zidane no quiere ver en unas semifinales. Pocos conocen tan bien a la La Vecchia Signora como Zizou, estuvo cinco temporadas defendiendo sus colores y sabe perfectamente de lo que son capaces.
Un equipo que manda en Italia con puño de hierro, con una defensa tremendamente experimentada y que sólo ha concedido dos goles en lo que va de competición, con un centro del campo donde todos trabajan y arriba con una calidad y verticalidad que la hacen ser un equipo total y temible. Todos en sus facetas aportan, un equipo sacrificado, correoso, contra el que cuesta jugar y al que no le incomoda tener el marcador en contra si es por pocos goles.
Se pudo ver ante el Barcelona en el Camp Nou como la presión escénica de un estadio y un rival enfrente no les intimida en absoluto. En su casa son infalibles, tienen la Serie A prácticamente en el bolsillo otra vez y ya se les escapó una Champions en 2015 a manos del Barcelona. Todas estas combinaciones hacen que sea el rival que menos apetece encontrarse antes de intentar conquistar la segunda Champions consecutiva, pero eso lo decidirán las bolas del sorteo.
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