Tras la despedida de Zidane, el galés ha cambiado totalmente su acudid en el equipo de Chamartín, algo que se vio también en el partido ante el Espanyol, cuando fue relegado al banquillo porque Lopetegui decidió hacer rotaciones en el once titular. El galés era feliz, sonreía y se sentía parte del grupo.
Con el técnico francés al frente del banquillo merengue, la escena era otra. Bale se sentía solo, relegado al margen de las dinámicas de grupo, algo que conllevaba mal humor y problemas. Ya es oficial, Bale renació. Y lo hizo desde hace muchos puntos de vista, aunque destaca uno en particular: el no tenerle más miedo a las lesiones.
Un nuevo inicio
El galés está a punto de cumplir un año sin problemas físicos. Fuentes del club aseguran que Bale emana "energía positiva por todos lados" desde que ha superado el miedo a lesionarse y recaer. El número 11 es, al día de hoy, uno de los “activos” mas valiosos a disposición de Lopetegui y esto se refleja también en la seguridad que volvió a adquirir.
La figura de Lopetegui, en este sentido, ha sido fundamental. El técnico blanco ha depositado en él su plena confianza y le exige que eleve su rendimiento después de la marcha de Cristiano Ronaldo. Bale volverá a liderar al Real Madrid en los partidos importantes. Una posibilidad que con Zidane no tenía.
Ahora llegan dos grandes compromisos: mañana en Sevilla y, en especial, el derbi en el Santiago Bernabéu ante el Atlético de Madrid. El descanso ante el Espanyol ha sido fundamental para recargar las pilas y volver a exprimirse al más alto nivel...
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