Comenzó el verano con un 4-3-3 ante el Bayern y no pudo salirle peor. El Real Madrid naufragó y Zizou se vio obligado a hacer cambios ante el Arsenal. Lo hizo con el 4-4-2 y se ganó en los penaltis. Entonces volvió el 4-3-3 ante el Atleti y cayó de forma estrepitosa. Zidane despertó ante el Tottenham con un nuevo 4-4-2, pero con el mismo resultado. Sin embargo, el 4-2-3-1 ante el Fenerbahce le dio la primera victoria antes de dar el salto con el innovador 3-5-2 ante el Salzburgo y la Roma, los dos últimos y mejores partidos de la pretemporada.
Pero Zidane volvió a sorprender a todos en el inicio liguero ante el Celta con la vuelta al 4-3-3 con un inédito Bale y dejando fuera al brasileño. No le pudo salir mejor: ganó y convenció. Ahora, el preparador blanco, con el regreso al Bernabéu, ha vuelto a cambiar el sistema al 4-4-2 con varias novedades. (James volvió a pisar el Bernabéu... ¡¡832 días después!!)
En portería no hay ninguna sorpresa con Thibaut Courtois, mientras que en defensa la única es el regreso de Carvajal al ‘11’ por Odriozola. Sin embargo, los cambios llegan desde el centro del campo en adelante con la inclusión de dos interiores (Isco y James) por el sancionado Modric y Vinicius. Casemiro y Kroos formará el centro del campo con el malagueño y el colombiano, mientras que la punta de ataque estará compuesta por Bale y Benzema.
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