El día 26 de noviembre está tachado en rojo por Eden Hazard como un día fatídico. El extremo se encontraba en su mejor momento deportivo en el Real Madrid pero el encuentro de Champions frente al PSG acabó con un percance que se ha alargado más de lo previsto. En un principio se le diagnosticó una simple dobladura en el tobillo derecho pero una semana después se llegó a la conclusión de que tenía “una microfisura incompleta externa en dicha zona”. Desde entonces, han pasado 74 días y en el Madrid hay ganas de volverle a ver en acción (Noticia DC: la verdadera razón por la que Hazard se queda fuera).
Con la vuelta del belga el Real Madrid mejorará en cuatro aspectos básicos. El primero es la velocidad de transición que permite el belga al lanzar contragolpes. Su calidad le permite ceder balones al primer toque o conducir el esférico con gran velocidad para llegar al área rival con más velocidad.
Este primer factor se une directamente con el segundo que es un ataque más vertical. El belga es un amante de los contragolpes como ya demostró en el Chelsea. Su gran zancada con el balón pegado al pie y su capacidad de asociarse a gran velocidad permitirá a su equipo llegar al área rival sin ser tan previsible como es en ocasiones. Este tercer aspecto es muy de Hazard, su gran calidad le permite ser imprevisible gracias a su desborde con capacidad de salir hacia sus dos piernas.
El cuarto y factor más importante es el gol. Es cierto que el belga no estaba destacando especialmente en este factor, pero sí provocaba la mejoría del equipo. El Real Madrid ha marcado menos de dos goles mientras no ha jugado, 31 en 18 partidos, 1,82. Con Hazard en el campo sube la pegada a los 2,3 goles por partido: 33 en 14 encuentros.
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