Zidane ha conseguido que el Real Madrid esté metido en la pugna por La Liga Santander, estando a tan solo dos puntos del Barça. Desde hace muchos años no se ha podido ver al conjunto blanco con posibilidades de hacerse con esta competición, y con la llegada de Zidane se ha logrado con buena nota.
Actualmente el Madrid sigue vivo en la Champions, teniendo pendiente el jugar la vuelta de los octavos de final contra el Manchester City. Lo malo es que en la ida cayeron por 1-2 en el Santiago Bernabéu, y remontar este resultado será complicado.
Zinedine ha revivido a algunos jugadores que tenían en mente un bajón inevitable. Isco fue uno de ellos. Con Solari al mando no pisó el terreno de juego apenas, y eso hizo que su estado de ánimo se redujese. Kroos no se sintió cómodo con su rol, y echó en falta la motivación y la buena relación que tiene con Zidane. Por último, Courtois. El belga no alcanzó los objetivos en su primera temporada como madridista, (y Zidane cambió su actitud dándole oportunidades de manera insistente.)
Otro matiz es el acierto que firmó Zidane con el fichaje de Ferland Mendy para cubrir la banda izquierda tras la salida de Reguilón al Sevilla en calidad de cedido. Además, el ex del Lyon ha tenido minutos suficientes para engancharse a la dinámica, y ha sido de los mejores en esta temporada.
Zizou es un entrenador que sabe cómo animar a los suyos, y sus charlas en el vestuario son míticas para que en el terreno de juego surja la motivación. La plantilla, al completo, agradece continuamente el apoyo que Zidane transmite con sus mensajes.
Florentino y Zidane mantiene una amistad magnífica, y esto ha ayudado a que el proyecto que había entre manos funcionase para bien. En las últimas imágenes en Valdebebas después de un duro confinamiento, se ha podido ver como ambos charlan tranquilamente con plena confianza.
Zidane es un tipo extraño a la hora de decidir un once titular para cada partido, pero la realidad es que en el 95% de las ocasiones acierta. El único error de este curso lo cometió optando por Nacho y Militao en la Copa del Rey frente a la Real Sociedad.
Por último, el francés hizo lo imposible ganando la Supercopa de España después de golear al Valencia en las semifinales, y luchando en la final contra el Atlético. Además, esta competición no pudo contar con la disponibilidad de Benzema por lesión, y tuvo que apañárselas con Jovic y Mariano, los suplentes. A pesar de todo, el Madrid se hizo con el trofeo.
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